Ganadería: las cabañas y la genética le ganan a la inflación


El negocio de ganadería en Argentina atraviesa un momento complejo con dinámicas diferenciadas según el segmento de la cadena. Mientras que las categorías de hacienda destinada al consumo interno no muestran repuntes significativos en sus precios, la invernada, es decir, el engorde de animales jóvenes para su posterior venta, muestra un comportamiento más alentador, con subas graduales. Sin embargo, donde realmente se observan las mejores noticias para los productores es en el campo de la genética bovina, especialmente en lo que respecta a los valores de los reproductores, que han demostrado un notable crecimiento en comparación con el año anterior.

Según un reciente informe elaborado por la consultora AZ Group en colaboración con la Asociación Argentina de Angus, el valor de los reproductores ha logrado crecer significativamente en términos de su precio medido en kilos de novillo, una métrica relevante en el ámbito ganadero. Este crecimiento refleja que, a pesar de la alta inflación y las dificultades económicas que enfrenta el país, el sector de genética bovina ha logrado mantener su solidez y atractivo.

Valor de la genética bovina

En el mes de septiembre, el precio promedio de los toros Puros Controlados (PC) cerró en 2.221 kilos de novillo, lo que representa un aumento del 42% en comparación con el mismo mes del año pasado. Este crecimiento en términos de valor real, es decir, medido en kilos de novillo, supera ampliamente la inflación general, lo que convierte a la genética bovina en una inversión rentable para los productores que buscan mejorar la calidad de sus rodeos.

Este mismo patrón se refleja en otras categorías. En el caso de las vacas PC, por ejemplo, el valor promedio fue de 921 kilos de novillo, lo que implica un aumento del 35% interanual. Estos datos sugieren que los productores están dispuestos a pagar precios altos por mejorar la genética de sus rodeos, lo que es un claro indicativo de sus expectativas positivas para el negocio ganadero a largo plazo.

Ganadería, cabañas

Incrementos en términos monetarios para la ganadería

El análisis del valor de los reproductores medido en pesos también revela cifras impresionantes. Los toros Puros de Pedigree (PP), una categoría de elite en la producción ganadera, alcanzaron un precio promedio de $7,7 millones durante septiembre, lo que supone una mejora del 284% respecto a los $2 millones que costaban en el mismo mes del año pasado. Esta categoría lidera las subas en términos porcentuales, pero no es la única que mostró un notable crecimiento.

En los remates de septiembre, otras categorías también evidenciaron incrementos considerables:

  • Toros PC: $4,1 millones (+269%)
  • Vaquillonas PP: $6,5 millones (+266%)
  • Vacas PC: $1,7 millones (+257%)
  • Vacas MAS (Madre Angus Seleccionada): $1,3 millones (+233%)
  • Vaquillonas PC: $1,6 millones (+198%)
  • Vaquillonas MAS: $1,1 millones (+170%)

La fortaleza del segmento de remates de cabañas

Uno de los puntos destacados del informe de AZ Group es el análisis de los remates de reproductores, donde la genética bovina se comercializa a precios muy competitivos. Durante septiembre, se vendieron unas 7.684 cabezas de la raza Angus, una de las más valoradas tanto en el ámbito nacional como internacional por su calidad genética. Los promedios y máximos obtenidos en estos remates reflejan la solidez de este segmento del mercado ganadero.

En cuanto a los máximos registrados en los remates, los precios pagados por animales de Puro Pedigree alcanzaron niveles sorprendentes. En el caso de los toros, se pagó un máximo de $50 millones, mientras que las vacas llegaron a $32 millones. Las vaquillonas, por su parte, se vendieron por hasta $25 millones, y las terneras alcanzaron un precio de $22 millones.

Ganadería, cabañas

Un negocio a largo plazo

Este interés por la genética bovina, que se refleja en los altos valores pagados por reproductores, es un indicador del optimismo de los productores sobre el futuro del negocio ganadero. Según Diego Ponti, de la consultora AZ Group, las expectativas positivas prevalecen, y los productores siguen invirtiendo en genética como una forma de mejorar sus rodeos y asegurar la calidad de su producción de carne. Esto no solo les permitirá obtener mejores rendimientos en el futuro, sino que también posiciona a la ganadería argentina en un lugar destacado a nivel mundial en cuanto a calidad genética.

A pesar de los mayores costos que implica la inversión en genética, como la necesidad de contar con infraestructura adecuada (corrales, pasturas, alambrados, etc.), los beneficios a largo plazo compensan estos gastos. Además, la incorporación de mejores ejemplares en los rodeos no solo ayuda a aumentar la productividad, sino que también contribuye a la sustentabilidad del sistema productivo, un aspecto clave en un contexto de creciente demanda por productos agropecuarios sostenibles.

En resumen, la genética bovina no solo resiste los embates de la inflación en Argentina, sino que sigue creciendo en valor, consolidándose como una pieza fundamental en la estrategia de los productores ganaderos que buscan mejorar la calidad y la competitividad de sus rodeos.