Ganadería 2025: alianza entre árboles y forrajes ante la sequía
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El INTA presentó un nuevo sistema silvopastoriles para potenciar la ganadería. Un estudio del INTA en 13 provincias argentinas demostró que estos modelos productivos permiten una mayor resiliencia de los ecosistemas frente a eventos climáticos extremos.
Los sistemas silvopastoriles de ganadería, que combinan pasturas, árboles y ganado en una misma superficie, están ganando protagonismo en Argentina debido a su capacidad de hacer más resilientes los bosques frente a la falta de lluvias y las altas temperaturas. Un estudio reciente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), desarrollado en 13 provincias, confirmó que estos modelos productivos permiten mejorar la producción forrajera y reducir el impacto de las sequías en la ganadería.
Los árboles, aliados frente al estrés hídrico
El trabajo analizó el comportamiento de sistemas silvopastoriles en bosques nativos y plantaciones forestales, en un rango de precipitaciones anuales de 427 a 2031 milímetros y temperaturas medias de 5,9 a 22,5°C.
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Los resultados indican que los árboles desempeñan un papel clave en la producción de forraje, ya que protegen el suelo del estrés hídrico y favorecen el crecimiento de los pastos, incluso en condiciones de déficit de agua. En zonas húmedas, los sistemas silvopastoriles superaron a las pasturas convencionales, tanto en años normales como en períodos de sequía.
Para Pablo Peri, coordinador del Programa Nacional Forestales del INTA, “una mayor comprensión del efecto de los árboles en estos sistemas permitirá transformar la producción ganadera para hacerla más eficiente y resistente a los cambios climáticos”.
Un modelo en expansión en la ganadería Argentina
En las últimas tres décadas, la implementación de sistemas silvopastoriles se expandió en distintas regiones del país, sobre todo en la Patagonia y el Chaco, donde los bosques nativos ofrecen condiciones propicias para esta integración productiva. Su adopción crece debido a sus múltiples beneficios ambientales, económicos y sociales.
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Entre sus ventajas se destacan:
Mayor producción forrajera, ya que los árboles aportan sombra y humedad al suelo, favoreciendo el crecimiento de pasturas incluso en sequías.
Reducción del estrés calórico en los animales, lo que mejora su bienestar y productividad.
Protección contra vientos y heladas, especialmente en épocas críticas como la parición en la Patagonia.
Menor riesgo de incendios, gracias al control del material vegetal inflamable mediante el pastoreo.
Mejora de la biodiversidad, al crear hábitats favorables para diversas especies de flora y fauna.
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En un contexto de aumento en la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, los sistemas silvopastoriles se consolidan como una alternativa sostenible para fortalecer la ganadería y la producción forestal en Argentina.
Fuente: INTA