Ganadería 2025: entre oportunidades históricas y riesgos climáticos
La ganadería argentina enfrenta 2025 con una mezcla de expectativas renovadas y desafíos complejos. Aunque los precios del novillo gordo en pesos se alinean con promedios históricos y las cotizaciones en dólares superan máximos recientes, factores como costos crecientes, problemas estructurales y riesgos climáticos amenazan su competitividad y estabilidad.
El mercado interno y externo presenta realidades contrastantes para la ganadería. Por un lado, el encarecimiento de los costos fijos obliga a los productores a generar más kilos de carne para cubrir gastos. Por otro, la competitividad internacional sigue limitada por el retraso cambiario y los derechos de exportación del 6,75% sobre novillos.
En el ámbito local, el consumo interno de carne vacuna continúa deprimido debido al rezago salarial frente a la inflación, limitando la recuperación del sector.
Según Diego Ponti, analista de AZ-Group, el contexto exige soluciones tanto externas como internas. “La clave está en abordar desafíos estructurales como la eliminación de la ganancia por tenencia y la diversificación de mercados, además de priorizar la eficiencia productiva y económica en todos los niveles”, apunta.
El desafío de la sostenibilidad en la ganadería y el manejo del clima
En un contexto de mayor estabilidad económica, los riesgos productivos asociados al clima y a la gestión ambiental cobran relevancia. La ganadería mixta surge como una estrategia fundamental, proporcionando beneficios fiscales y amortiguando las fluctuaciones económicas.
La cría y la recría, por su parte, enfrentan retos específicos que incluyen:
- Aumento en la eficiencia reproductiva: Incrementar la cantidad de terneros logrados por vaca en servicio será esencial para maximizar la productividad.
- Optimización de los planteos forrajeros: Una correcta gestión del pasto será crucial para asegurar ganancias diarias en peso vivo, lo que impactará directamente en los resultados económicos.
Además, la sostenibilidad será un tema central en 2025, con una mayor atención a prácticas que equilibren productividad y cuidado ambiental.
La calidad del producto argentino será un factor clave en la consolidación del sector ganadero en mercados internacionales. Aspectos como la grasa intramuscular comenzarán a trabajarse desde la gestación de los vientres, mientras que los frigoríficos incorporarán métricas objetivas para evaluar y destacar atributos diferenciadores de la carne.
Esta apuesta por la calidad no solo reforzará la posición de la carne argentina en el mercado global, sino que también permitirá a los productores captar mejores precios y fidelizar clientes en un entorno competitivo.
Para Ponti, el éxito en 2025 dependerá de un diagnóstico profundo y personalizado en cada empresa ganadera. “No hay recetas universales; será campo a campo. La eficiencia 360° debe abarcar el manejo del campo, la comercialización y la gestión impositiva”, señala.
Esta mirada integral implica optimizar recursos, medir rendimientos y adaptarse a las nuevas condiciones del mercado y el entorno.
Con precios históricamente altos y un escenario económico más predecible, la ganadería argentina tiene una oportunidad única para crecer y consolidarse. Sin embargo, los riesgos climáticos, los desafíos estructurales y la necesidad de innovar en eficiencia productiva serán pruebas decisivas en el año entrante.
La combinación de estrategias sostenibles, inversiones en calidad y un enfoque adaptado a las particularidades de cada establecimiento será la clave para afrontar 2025 con éxito, posicionando a la ganadería argentina como un referente global en el sector.