Ganadería 2025: la hacienda con semanas de firmeza en marzo


Con una inflación en descenso y un tipo de cambio más estable, la ganadería argentina encara 2025 con expectativas renovadas. Sin embargo, el juego de los márgenes sigue siendo complejo y dispar entre las distintas actividades del sector. Según un análisis del estudio Elizalde & Riffel, realizado en convenio con Phibro Animal Health, las variaciones de precios relativos entre insumos y hacienda continuarán determinando quién gana y quién pierde en el nuevo ciclo.

El informe compara los resultados económicos de 2024 con las proyecciones para 2025 en tres modelos productivos: cría, recría-terminación y feedlot de consumo. Si bien la caída en la inflación y la desaceleración en el aumento de costos traen cierto alivio, no todas las actividades logran capitalizar la suba del valor de la hacienda.

Precios en movimiento

Entre abril de 2024 y abril de 2025, los precios de los principales insumos de ganadería aumentaron de forma más moderada que en años anteriores. Los costos de sistemas pastoriles, como alfalfa y raigrás, subieron en promedio un 29%, mientras que los granos y silaje de maíz lo hicieron un 36%, muy por debajo del 88% y 79% registrados entre 2023 y 2024.

Ganadería
Foto: ValorCarne

Por otro lado, la ganadería mostró incrementos más significativos: el ternero de invernada subió un 72%, el novillo entre 390-430 kg un 54% y el ternero gordo de 320 kg un 59%. Esto mejoró la relación maíz-novillo, que pasó de 12,7 a 16,7, y elevó la relación de compraventa de 1,02 en 2024 a 1,11 en 2025.

Además, el precio de la hacienda creció por encima del tipo de cambio, lo que significa una ganancia de valor en pesos constantes y en dólares. No obstante, el impacto en los márgenes depende del tipo de sistema productivo y de si se opera en campo propio o alquilado.

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Foto: ValorCarne

Cría: entre el alivio y la pérdida

El modelo de cría en la ganadería, ubicado en campos bajos de la Cuenca del Salado con promociones de raigrás, muestra el mejor desempeño en campo propio, con un incremento del 79% en el margen bruto respecto al año anterior. Es, según el informe, la actividad con los márgenes más altos del sector.

Sin embargo, este buen resultado se revierte completamente en campos alquilados. Allí, el aumento del valor del novillo –referencia para fijar los alquileres– provoca un quebranto de 34 dólares por cabeza, aunque esta pérdida es menor a la de 2023-2024, cuando alcanzó los 70 dólares. El encarecimiento del arrendamiento sigue siendo un obstáculo estructural para esta actividad.

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Recría-terminación: márgenes estables

Los modelos de ganadería de recría-terminación muestran márgenes estables en comparación con 2024. Pese a que los costos alimenticios subieron menos que la hacienda gorda, otros componentes –como el costo del personal, que trepó un 73%– limitaron los beneficios. Además, la relación de compra-venta más desfavorable compensó el alivio en los costos, impidiendo una mejora en los márgenes.

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Foto: ValorCarne

Feedlot: resultados positivos pero ajustados

En el caso de los sistemas de engorde a corral puro (feedlot) de la ganadería, los resultados son positivos, aunque ligeramente inferiores a los del año anterior. Esto se debe a que, si bien los precios de los alimentos crecieron menos, la desmejora en la relación compra-venta afectó la rentabilidad. Según el informe, hay momentos del año –especialmente en el segundo semestre– en los que estos sistemas podrían entrar en pérdidas.

El escenario ganadero de 2025, enmarcado en una macroeconomía más ordenada, presenta un mejor contexto general que en años anteriores. Aun así, la variabilidad de precios relativos sigue siendo el factor clave para definir la rentabilidad. Las actividades más beneficiadas son las que pueden operar en campo propio y aprovechar la suba del ternero sin quedar expuestas al impacto del arrendamiento.

La estabilidad económica permite, por primera vez en mucho tiempo, que algunos sistemas ganaderos no pierdan contra la inflación, aunque el contexto no es aún lo suficientemente favorable para todos. En definitiva, 2025 se perfila como un año de recuperación selectiva, donde cada eslabón de la cadena deberá ajustar su estrategia para capitalizar las oportunidades que ofrece el nuevo escenario.

Con información de ValorCarne