Ganadería: qué ocurrirá en el 2025 por la alta faena de hembras


La ganadería enfrentó un 2024 marcado por desafíos que frenaron la recuperación esperada del stock de hacienda, especialmente en lo referido a los vientres. A pesar de una disminución en la faena total respecto a 2023, el porcentaje de hembras faenadas sigue siendo preocupante y muestra que las expectativas de crecimiento del stock están lejos de materializarse.

Cifras preliminares de faena en 2024

Según datos del SENASA, en diciembre de 2024 se enviaron 1.229.596 animales a frigoríficos. Este volumen, sumado a los reportes oficiales hasta noviembre, proyecta una faena anual cercana a los 13,9 millones de cabezas, lo que representa un 4,2% menos que en 2023, cuando se faenaron más de 14,5 millones. Sin embargo, la cifra sigue siendo elevada en comparación con los promedios históricos, situándose entre las más altas de los últimos años de la ganadería.

Aunque la reducción de la faena general es moderada según el informe de Rosgan, la preocupación radica en la composición de esta: cerca del 48% corresponde a hembras, un nivel similar al 48,1% registrado en 2023 durante la sequía. Este porcentaje refleja una continuidad en la liquidación de vientres que pone en riesgo la sustentabilidad del rodeo de la ganadería.

Ganadería, faena

Impacto de la faena de hembras en la ganadería

De los 13,9 millones de animales faenados en 2024, aproximadamente 6,64 millones fueron hembras, incluyendo 2,63 millones de vacas y 4 millones de vaquillonas. Este nivel de faena de hembras jóvenes, que en otras circunstancias podrían haber contribuido a la reposición, indica una falta de recuperación de vientres productivos.

En términos absolutos, el stock nacional de hembras podría haber sufrido una nueva caída significativa. Se estima una pérdida de entre 500.000 y 800.000 vientres útiles en comparación con 2023, cuando el stock total de la ganadería cayó de 54,2 a 52,8 millones de cabezas, marcando una disminución de 1,5 millones en solo un año.

El contexto climático adverso fue un factor determinante en 2024. La continuidad del fenómeno de sequía, sumada a costos en aumento y precios retrasados, obligó a muchos productores a optar por la liquidación de hembras para cubrir gastos inmediatos, sacrificando la retención necesaria para la recuperación del rodeo.

Por otro lado, aunque se esperan mejoras en los índices de parición y destete, estas no son suficientes para compensar la pérdida de vientres productivos, lo que limita el potencial de crecimiento del stock en el mediano y largo plazo.

Ganadería, faena

La falta de recuperación de vientres expone al sector a varios riesgos:

  • Vulnerabilidad climática: Un rodeo con menos hembras productivas es más susceptible a los efectos de sequías prolongadas o eventos climáticos extremos que impacten la eficiencia reproductiva.
  • Restricción del crecimiento: La menor disponibilidad de vientres en producción reduce la capacidad de expansión del stock en períodos de mejores condiciones, afectando la oferta futura de carne.
  • Sostenibilidad a largo plazo: La alta faena de hembras compromete la sustentabilidad del sistema ganadero y limita la posibilidad de aprovechar mercados externos en crecimiento.
Ganadería, raigrás, INTA Rápido

Si bien el stock total podría estabilizarse gracias a las mejoras esperadas en la eficiencia reproductiva, el sector ganadero enfrenta el desafío de revertir la tendencia de liquidación de hembras. Esto requerirá políticas que incentiven la retención, como mejores condiciones de financiamiento para los productores y estrategias de manejo adaptadas a un escenario climático cada vez más incierto.

El sector debe enfocarse en recuperar el equilibrio entre producción y reposición para asegurar la sustentabilidad del rodeo y mantener su competitividad en los mercados internos y externos. Sin un cambio en esta dinámica, el crecimiento ganadero seguirá siendo un desafío postergado.