Fiebre aftosa 2025: productores reclaman por la emergencia sanitaria porcina


La Federación Porcina Argentina (FPA) ha manifestado su preocupación por el avance de la fiebre aftosa porcina, también conocida como Enfermedad de Aujeszky (EA), que ya se encuentra en estado endémico en el país y afecta gravemente la producción porcina. Ante la falta de respuestas del Gobierno y la dificultad para importar vacunas, los productores exigen la puesta en marcha de un plan de erradicación que ya ha sido aprobado, pero aún no se implementa.

Un problema que crece y pone en riesgo la producción

La fiebre aftosa porcina es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a los cerdos, pero no representa un riesgo para el consumo humano. Sin embargo, su impacto en la producción es significativo, ya que genera importantes pérdidas económicas debido a la disminución en los niveles productivos y la mortalidad en los establecimientos afectados.

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Desde la FPA explicaron que la enfermedad podría controlarse de la misma manera que la fiebre aftosa bovina: mediante la vacunación masiva del ganado porcino. No obstante, el acceso a las vacunas ha sido un obstáculo importante, ya que la producción nacional se discontinuó y las importaciones enfrentan trabas burocráticas.

La situación se agravó cuando un frigorífico de gran envergadura reportó el primer caso confirmado de fiebre aftosa porcina. A partir de ese momento, varios productores comenzaron a alertar sobre la propagación de la enfermedad y la falta de respuestas concretas por parte de las autoridades. “La situación se complicó aún más cuando los predios afectados se encontraron con la falta de vacunas para frenar de manera rápida y efectiva el brote”, advirtió la FPA en un comunicado.

Problemas con la importación de vacunas de la fiebre aftosa

Actualmente, en Argentina existe una vacuna aprobada para combatir la Enfermedad de Aujeszky, pero la discontinuación de su fabricación local obligó a los productores a buscar soluciones en el exterior. En respuesta a la crisis, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) gestionó la importación de 1.200.000 dosis de la vacuna, sin embargo, los cambios en la administración nacional han generado retrasos en los trámites burocráticos, lo que impide su llegada en tiempo y forma.

Mientras tanto, los productores enfrentan un escenario de incertidumbre y pérdidas económicas crecientes. La falta de medidas concretas por parte del Gobierno nacional genera preocupación en el sector, que teme que la enfermedad continúe propagándose sin control.

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Un plan de erradicación aprobado, pero sin ejecución

En octubre de 2024, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca aprobó un plan de erradicación de la fiebre aftosa porcina, diseñado para contener y eliminar la enfermedad en Argentina. Sin embargo, a pesar de haber sido avalado, hasta el momento no se ha puesto en marcha, lo que generó críticas por parte de la Federación Porcina Argentina.

“Pese a los nuevos brotes reportados, incluyendo otro de los establecimientos más grandes e importantes del país, el Senasa continúa discutiendo cuestiones administrativas que demoran la puesta en marcha del plan y que siguen evidenciando la falta de control y eficiencia de la autoridad sanitaria ante una enfermedad que ha sido controlada en gran parte del mundo”, indicaron desde la FPA.

Los productores sostienen que el financiamiento del plan de erradicación provendría exclusivamente del sector privado, por lo que no hay razones económicas que justifiquen la demora en su implementación. Exigen que el Gobierno nacional actúe con celeridad para garantizar el acceso a las vacunas y controlar la propagación de la enfermedad.

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Pérdidas millonarias y urgencia en la toma de decisiones

La inacción del Estado no solo impide el control de la fiebre aftosa porcina, sino que también deja a las granjas sin vacunas disponibles para protegerse. Esto impacta directamente en la rentabilidad del sector, ya que la enfermedad afecta los niveles productivos y genera pérdidas económicas millonarias.

Ante este panorama, los productores reiteraron su pedido de acción inmediata y recordaron que, de no tomarse las medidas necesarias, la enfermedad podría expandirse aún más, comprometiendo la competitividad de la industria porcina argentina.

“Esta ineficiencia del Estado no solo impide el control de la situación, sino que también deja a las granjas sin vacunas disponibles para protegerse de una enfermedad que afecta directamente sus niveles productivos, causando pérdidas millonarias”, concluyó la FPA.

El sector productivo espera que en los próximos días se tomen decisiones concretas para resolver la crisis sanitaria y evitar que la fiebre aftosa porcina siga afectando a más establecimientos en el país.