Exportaciones de fruta: las nuevas desregularizaciones para 2025
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Con ele fin de incrementar las exportaciones, el Gobierno argentino ha implementado una desregulación significativa en los controles sanitarios para la exportación de frutas, con el objetivo de agilizar el comercio internacional y reducir costos operativos. La medida fue oficializada a través de la Resolución 21/2025 y estuvo a cargo del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, en conjunto con el presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Pablo Cortes.
Exportaciones de fruta y su desregularización
La nueva normativa impacta en la exportación de frutas cítricas, no cítricas, secas y desecadas, además de hortalizas, aromáticas, hongos, algas y semillas comestibles. Según argumentó el Gobierno, la normativa vigente hasta el momento había quedado desactualizada respecto de los avances tecnológicos y las nuevas prácticas en la industria. Con estos cambios, buscan una mayor adaptación a las condiciones actuales del sector y eliminar barreras burocráticas que afectan la competitividad de los productores.
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Uno de los aspectos clave de la reforma es la eliminación de la habilitación obligatoria de instalaciones de empaque y procesamiento, una exigencia que, según el Ejecutivo, implicaba costos adicionales para los productores sin aportar mejoras sustanciales en términos de inocuidad alimentaria. De ahora en adelante, los operadores del sector solo deberán informar al Senasa sobre sus actividades y ubicaciones, mientras que el organismo se enfocará exclusivamente en la emisión de certificados fitosanitarios requeridos para el comercio internacional.
Además, la nueva normativa elimina restricciones que limitaban la exportación a frutas clasificadas como “premium”. Con la flexibilización de los requisitos, los exportadores podrán vender productos de distintas categorías, según la demanda del mercado internacional.
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El ministro Sturzenegger destacó la importancia de esta reforma como una “histórica desregulación en la industria de frutas” y aseguró que permitirá a los productores operar con mayor autonomía. “El resultado es una normativa liviana donde los productores solo tienen que avisarle al Senasa lo que hacen y dónde están. El organismo, por su parte, queda a disposición para la emisión de certificados fitosanitarios”, explicó.
Sin embargo, la medida también ha despertado críticas en algunos sectores, que advierten sobre posibles riesgos en la supervisión sanitaria de los productos exportados. Expertos en sanidad agroalimentaria sostienen que la desregulación podría afectar los estándares de calidad y generar complicaciones en mercados exigentes que requieren certificaciones rigurosas.
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A pesar de las controversias, el Gobierno mantiene su postura de que la reducción de regulaciones fomentará la competitividad del sector y facilitará la inserción de los productos argentinos en el comercio global. “Se exportará lo que demande el mercado”, concluyó Sturzenegger, reafirmando el espíritu de apertura comercial de la administración actual.