Tensión en Europa: productores y sindicatos rechazan el acuerdo UE-Mercosur
En Europa, a pocos días de la cumbre del G20 en Río de Janeiro, donde la Unión Europea planea avanzar en el acuerdo de libre comercio con el Mercosur, crecen las presiones de sectores agrícolas europeos que rechazan la iniciativa. Los sindicatos y gremios de productores del agro advierten sobre el impacto negativo que el acuerdo podría tener en los agricultores europeos, mientras denuncian una falta de salvaguardias medioambientales y sociales en el borrador actual.
La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), junto con la Copa-Cogeca, CEJA, EFFAT y GEOPA —que representan a agricultores, cooperativas, sindicatos de trabajadores y empresarios del sector agrícola— emitieron un comunicado señalando su oposición “firme” al acuerdo. Argumentan que, al permitir mayores importaciones de productos agrícolas del Mercosur, la UE pondría en riesgo la competitividad del sector agroalimentario europeo y expondría a los productores a una “competencia desleal” con consecuencias graves para el empleo y las condiciones de trabajo en Europa.
Críticas al impacto económico y social
Según los gremios agrícolas, el acuerdo, en su versión actual, favorece principalmente la importación de productos agrícolas de Mercosur como carne vacuna, aves de corral y azúcar, generando un exceso de oferta en el mercado europeo que perjudicaría a los productores locales. Además, advirtieron que los mercados en algunos de los países del Mercosur están en recesión, lo que dificultaría las exportaciones europeas hacia esa región, limitando así los beneficios del acuerdo para la UE.
En este contexto, los productores afirman que el borrador del acuerdo UE-Mercosur no contribuye a mejorar los estándares sociales y medioambientales en los países de Mercosur, sino que, por el contrario, “aumenta el riesgo de ruptura de las cadenas de valor regionales”. Según el comunicado, “el acuerdo podría traducirse en una pérdida de empleos en el sector agrícola europeo y afectar negativamente los ingresos y salarios de los agricultores locales”.
Falta de salvaguardas medioambientales y sociales
Los representantes del sector agrícola han señalado que el acuerdo carece de protecciones ambientales y sociales sólidas, vinculantes y aplicables. Esto, según sus palabras, resulta incoherente con los objetivos de la UE de promover una transición hacia sistemas alimentarios sostenibles. Los gremios critican que la Comisión Europea se compromete públicamente con objetivos ambiciosos en sostenibilidad, pero permite que el acuerdo avance sin las “salvaguardas necesarias” para proteger el medio ambiente y los derechos laborales en la región de Mercosur.
La principal preocupación de los agricultores europeos es que el acuerdo con Mercosur termine comprometiendo la estabilidad económica y social de las zonas rurales de Europa. “El sector agroalimentario está siendo tratado como moneda de cambio para promover exportaciones de otras mercancías sin tener en cuenta las consecuencias económicas, sociales y medioambientales para el sector primario”, sostienen.
Una relación comercial compleja y con desafíos
El Mercosur ya tiene una posición importante en el mercado europeo en productos básicos, y se espera que este acuerdo aumente aún más esa cuota de mercado, lo que, según los sindicatos europeos, debilitaría la competitividad de los agricultores locales. Sin una fuerte demanda de los consumidores por los productos europeos en los mercados de Mercosur, los gremios dudan de que el acuerdo realmente sirva como motor de crecimiento para el sector.
Los sindicatos y productores piden que los gobiernos nacionales de la UE escuchen sus preocupaciones y detengan las negociaciones hasta que se implementen mecanismos que garanticen condiciones justas. “Los agricultores y los trabajadores del campo merecen reconocimiento y respeto, no dumping social ni competencia desleal”, concluyen en su comunicado, exigiendo que el sector agrícola no sea sacrificado en pro de otros intereses comerciales.
La cumbre del G20 como punto clave
Con la cumbre del G20 en Río de Janeiro cada vez más cerca, se espera que el tema del acuerdo UE-Mercosur sea uno de los puntos de debate. Aunque la Comisión Europea pretende cerrar el acuerdo en esta ocasión, los sectores agrícolas están haciendo oír su voz en contra de una ratificación rápida. La oposición al acuerdo es un reflejo de las tensiones entre el compromiso de la UE con sus objetivos de sostenibilidad y las presiones de sus productores agrícolas, quienes sienten que el acuerdo amenaza la estabilidad y el futuro del sector agroalimentario en Europa.