Entre el campo y la góndola: los consumidores pagaron 4 veces más los productos agropecuarios
Según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en enero los precios de los productos agropecuarios aumentaron 3,8 veces desde el productor hasta el consumidor final. El Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) indica que el consumidor pagó $3,8 por cada $1 que recibió el productor.
En promedio, la participación del productor explicó el 26,9% de los precios de venta final, con extremos en los productores de pimiento rojo (63,5%) y los de naranja (11,7%). En el caso de las frutas y hortalizas, el índice mostró un aumento del precio de la canasta (19 frutas y hortalizas) por 5,6 veces, representando un incremento del 19,2% respecto a diciembre del año pasado.
El informe destaca varios factores que contribuyeron al aumento mensual, como la falta de convalidación de los precios finales por parte del consumidor debido a la caída del poder adquisitivo, condiciones climáticas adversas en algunas regiones y producciones, y la finalización de la temporada de cosecha para algunos productos y el inicio para otros, generando un reacomodamiento de precios en ambos extremos de la cadena de valor.
Según el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por la CAME, en enero, el consumidor abonó 3,2 veces más de lo que recibió el productor por cinco productos y subproductos ganaderos que componen la canasta IPOD para el sector. La naranja (8,5 veces), el ajo (7,6), la pera (7,5), la cebolla (7,5) y la mandarina (6,8%) fueron identificados como los productos con la mayor diferencia entre los precios de origen y destino.
La naranja y el ajo destacaron por presentar las mayores brechas entre el productor y el consumidor, con subas en destino del 63,3% y 24,1%, respectivamente, mientras que sus precios de origen no mostraron variaciones. En contraste, productos como el pimiento rojo (1,6 veces), el repollo (1,9 veces), la frutilla (2 veces) y el huevo (2,1 veces) mostraron menor diferencia entre el precio del productor y del consumidor, con aumentos y disminuciones en ambos extremos de la cadena de valor, según los registros de la CAME.