El girasol brilla en el campo argentino: la cosecha crece un 25% y se acerca a un récord histórico

En un escenario de gran incertidumbre para algunos cultivos tradicionales, como el maíz, el girasol volvió a posicionarse como una opción rentable y segura para los productores agropecuarios argentinos. Así lo reflejan los últimos datos difundidos por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), que elevó su estimación de producción para la campaña 2023/24 a 4,5 millones de toneladas, lo que representa un crecimiento del 25% respecto al ciclo anterior, cuando se cosecharon 3,6 millones.
Este repunte se da en un contexto favorable para la oleaginosa, impulsado por diversos factores. Por un lado, muchos productores optaron por sembrar girasol en lugar de maíz, en un intento por evitar las pérdidas asociadas a la plaga de la chicharrita, que viene afectando severamente a los maizales. Por otro, el conflicto entre Rusia y Ucrania, dos de los principales exportadores mundiales de aceite de girasol, mantiene elevados los precios internacionales del producto, lo que volvió aún más atractiva la apuesta por este cultivo.

Además de la coyuntura, el rendimiento fue clave. El informe más reciente del Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la BCBA reveló que el rendimiento promedio nacional se mantiene en 23,8 quintales por hectárea, una cifra que supera las expectativas iniciales y que empuja la proyección de producción hacia niveles récord.
Cosecha récord de girasol y rindes históricos
La campaña actual no solo marca una mejora significativa respecto al año anterior, sino que se posiciona entre las mejores de las últimas dos décadas. De acuerdo con los registros históricos de la Bolsa, que datan de la campaña 2000/2001, solo en dos oportunidades se alcanzaron niveles similares de producción: en la campaña 2022/23, cuando se obtuvieron 4,6 millones de toneladas, y en la 2007/08, con 4,5 millones.

Este crecimiento tiene sustento en una mejora notable de los rendimientos en diversas regiones clave del país. Según el informe del PAS, en el sur de Córdoba, Núcleo Sur y San Luis, los rindes actuales superan los promedios históricos de los últimos 5 y 10 años. Y en el sur del área agrícola, que incluye Buenos Aires y La Pampa, donde aún queda un 30,6% del área por cosechar, los rindes se ubican entre un 5% y un 17% por encima de las medias de las últimas campañas.
Una de las regiones que más se destaca es el Norte de La Pampa-Oeste de Buenos Aires, donde ya se cosechó el 95% del área sembrada y se consolida el rendimiento más alto desde que se lleva el registro en el PAS.

Cosecha avanzada y sin grandes contratiempos
Hasta la fecha, la cosecha nacional de girasol alcanzó el 75,6% del área apta, con un progreso de 16,7 puntos porcentuales en la última semana, según datos de la Bolsa porteña. A pesar de las lluvias registradas semanas atrás, que generaron cierta humedad en los lotes, los trabajos no se detuvieron y se priorizó el avance de las máquinas, gracias al buen estado general del cultivo.
Este panorama positivo refleja también la evolución de la tecnología aplicada al girasol, con mejoras genéticas en las semillas, el manejo profesional de los lotes y el aporte de insumos de calidad, lo que permite que más regiones puedan obtener rindes elevados y estables.

El girasol, que supo ser uno de los cultivos emblemáticos de la Argentina, parece estar viviendo una nueva etapa de esplendor. Con precios internacionales firmes, rindes récord y un manejo agronómico cada vez más profesionalizado, el cultivo vuelve a ser protagonista en la rotación agrícola nacional.
De continuar esta tendencia, y si se mantienen las condiciones favorables, la campaña actual podría consolidarse como una de las más exitosas de los últimos 25 años, marcando un hito para una oleaginosa que demuestra estar más vigente que nunca en el campo argentino.