El fin del cepo cambiario y su impacto en el precio de la carne 2025

La reciente eliminación del cepo cambiario y la implementación de un nuevo esquema de flotación del dólar en Argentina, que establece una banda entre los $1.000 y $1.400, ha generado una serie de expectativas y temores en distintos sectores de la economía. Uno de los rubros más sensibles a la variación del tipo de cambio es el de ganados y carnes, donde los precios suelen responder rápidamente a cualquier alteración en el valor de la divisa estadounidense.
Sin embargo, desde la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA) anticiparon que, al menos por el momento, no se esperan nuevos aumentos en el precio de la carne. En su editorial mensual, el presidente de la entidad, Daniel Urcía, sostuvo que la hacienda ya se encuentra cotizando en niveles históricamente altos, lo que limitaría cualquier intento de traslado a precios al consumidor.
Un dólar más competitivo, pero con precauciones
Urcía explicó que la salida del cepo significó un tipo de cambio más competitivo para las exportaciones, superando al valor del anterior esquema de “dólar blend”. No obstante, también advirtió sobre los riesgos que implicaría que el dólar se ubique demasiado cerca del piso de la banda de flotación. “Habrá que estar atentos a su valuación, porque sería contraproducente para el sector que la divisa se ubique en la banda inferior”, señaló.

Este nuevo escenario ha generado cautela entre los operadores del mercado de hacienda, quienes, según Urcía, se muestran prudentes a la hora de cerrar operaciones para la faena. Parte de esta actitud responde al hecho de que, en el esquema anterior, el valor de la hacienda medida en dólares era el más alto de la región, incluso por encima de los precios que se registraban en Paraguay y Brasil, lo que afectaba la competitividad del sector.
El precio de la carne, en una meseta con el cepo cambiario
Luego de fuertes aumentos durante los meses de febrero y marzo, el precio de la carne ha alcanzado niveles considerados “techo” en varias categorías. Según FIFRA, los valores actuales ya superan los promedios históricos, lo que lleva a proyectar una etapa de estabilidad para el mercado interno. “No hay que esperar nuevos aumentos y, en consecuencia, el precio de la carne al consumidor debiera mantenerse en los valores actuales”, enfatizó Urcía.
Esta estabilidad podría resultar clave para el bolsillo de los consumidores argentinos, que ya han visto crecer con fuerza los precios en las góndolas durante el primer trimestre del año.

La agenda pendiente del sector
Más allá del nuevo esquema cambiario, desde FIFRA insisten en que aún queda mucho por hacer para mejorar la competitividad y dinamismo del sector frigorífico. En ese sentido, Urcía remarcó la necesidad de avanzar con reformas estructurales en materia impositiva, sanitaria y laboral.
“Es tiempo de encarar reformas que el sector viene reclamando hace años. Necesitamos que el Congreso se involucre para reducir la presión fiscal y facilitar la creación de empleo, que lleva décadas estancado”, expresó.
Entre las medidas más urgentes, mencionó la modificación de la Ley de IVA para reducir la alícuota aplicada a los servicios de faena, una iniciativa largamente postergada. También apuntó contra la falta de avance en la reforma de los criterios de valuación de la hacienda, que “duerme en los cajones del Congreso”, según sus palabras.

En el plano sanitario, Urcía destacó la importancia de establecer un estatus sanitario básico a nivel nacional, un punto que había sido incluido en el proyecto original de la Ley Bases. En ese contexto, valoró el informe preliminar del servicio sanitario de México, que pone en evidencia la necesidad de fortalecer al SENASA, el organismo competente en la materia.
“La sanidad debe ser una política de Estado. Es la única forma de asegurar la inocuidad de nuestras carnes, tanto para los consumidores locales como para los mercados internacionales”, concluyó.