El campo en el Congreso: solo el 5% de los proyectos de Ley del 2025 germinaron
En un año marcado por debates en torno al Presupuesto 2025, el campo recibió mínima atención en el Congreso de la Nación. De los 2.553 proyectos de ley presentados hasta octubre, solo 127 corresponden al agro, representando apenas el 5% del total, según un informe de la Fundación Barbechando, que monitorea la actividad legislativa para el sector primario. La escasez de iniciativas dedicadas al campo evidencia una falta de correlación entre la importancia económica del agro en el PBI argentino y la atención que recibe en el ámbito legislativo.
El peso del Presupuesto 2025 en la agenda legislativa
El análisis de Barbechando destaca que el Presupuesto 2025 domina las discusiones en el Congreso. En medio de una economía frágil y la transición hacia un nuevo ciclo presidencial, el oficialismo y la oposición dialoguista buscan aprobar un presupuesto que permita al próximo presidente operar con partidas asignadas y evitar la discrecionalidad en el gasto.
Este presupuesto se negocia con tres sectores prioritarios en mente: universidades, jubilados y transferencias provinciales. Estos temas ocupan el foco de atención y relegan al agro, que lucha por encontrar un lugar en la agenda parlamentaria. Esta situación refleja, según la fundación, un desinterés general por legislar sobre cuestiones fundamentales para el sector agropecuario, que sigue siendo uno de los principales motores económicos del país.
Proyectos relevantes del campo en debate
Dentro de los pocos proyectos agropecuarios tratados este año, algunos lograron avanzar en las cámaras, aunque todavía enfrentan desafíos de aprobación y consenso:
- Régimen de Inversiones para el Desarrollo Agroindustrial (RIDA): Esta propuesta busca fomentar la inversión en el sector agropecuario, con medidas que incentiven la producción. En la Cámara de Diputados, el proyecto ganó respaldo, pero tanto el oficialismo como algunos representantes de la oposición solicitaron análisis detallados del impacto fiscal que tendría antes de avanzar.
- Vandalismo Rural: En respuesta a la creciente preocupación por actos de vandalismo en áreas rurales, la Comisión de Legislación Penal dictaminó por unanimidad una propuesta que plantea modificar el Código Penal para endurecer las penas y agregar agravantes en casos de incendios y daños a la infraestructura rural. Este proyecto avanzó con apoyo general y refleja una de las pocas áreas en que el Congreso mostró atención a las demandas del agro.
- Biocombustibles: La Liga Bioenergética impulsó un proyecto para mejorar la regulación del sector de biocombustibles, con foco en aumentar el corte de biocombustibles en el mercado nacional. Sin embargo, existen desacuerdos respecto a la redacción de ciertas secciones, la autoridad para fijar precios y la distribución de los volúmenes de compra. Mientras el debate continúa, tanto el Ejecutivo como los actores del sector presentaron sus posturas para llegar a un consenso.
La relación entre el Congreso y la Casa Rosada
Además de los pocos temas relacionados con el agro, un proyecto que busca modificar la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, encargada de revisar los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), fue un punto de interés. La propuesta sugiere un plazo límite para que el Congreso ratifique estos decretos, permitiendo que su rechazo por una sola cámara sea suficiente para anularlos y estableciendo un periodo de vigencia para evitar su prolongación indefinida.
Este proyecto refleja los esfuerzos del Congreso para ejercer un mayor control sobre los DNU, utilizados frecuentemente por el Ejecutivo para implementar medidas urgentes, especialmente en períodos de crisis económica y política.
Tensiones y pujas políticas
La falta de proyectos vinculados al agro no se debe solo a la prioridad del presupuesto, sino también a las disputas políticas internas que obstaculizaron el trabajo legislativo en general. Según Barbechando, el Congreso experimentó cinco semanas sin sesiones debido a la falta de consenso en temas clave, una situación agravada por las divisiones internas tanto en el oficialismo como en la oposición.
Por un lado, el peronismo enfrenta tensiones debido a la competencia por la presidencia del Partido Justicialista (PJ), que absorbió gran parte de la atención de los senadores y disminuyó su enfoque en temas legislativos. En la oposición, las divisiones entre los sectores dialoguistas y duros, tanto en el PRO como en la UCR, generaron fracturas que dificultan la formación de alianzas y el avance de proyectos.
En particular, el radicalismo se encuentra dividido tras desacuerdos internos, lo que llevó a la creación de nuevos bloques y alianzas. El núcleo duro radical, identificado como “oficialista del cambio”, se alinea con el sector liberal en algunos puntos, mientras que otros sectores se suman a la oposición dialoguista. Estas divisiones reflejan la complejidad política en el Congreso y su impacto negativo en la agenda legislativa.
Perspectivas futuras: ¿podrá el campo ganar espacio en la agenda legislativa?
El informe de Barbechando pone en evidencia la necesidad de un enfoque más inclusivo para el agro en el Congreso, especialmente dado su rol en la economía argentina. El bajo porcentaje de proyectos presentados en relación con el campo subraya una desconexión entre el peso del sector en el PBI y su representación en el ámbito legislativo.
Para el futuro, el sector espera que la discusión del Presupuesto 2025 sea solo un primer paso para establecer una agenda más inclusiva, que permita abordar temas urgentes como la promoción de inversiones, la seguridad en zonas rurales y la regulación de biocombustibles. Sin embargo, los desafíos en el Congreso, sumados a la inestabilidad política y las pujas internas, plantean un panorama incierto. La capacidad del agro para “germinar” sus proyectos en el ámbito legislativo dependerá, en última instancia, de la voluntad de los legisladores para priorizar los intereses de este sector estratégico en la economía argentina.