El Banco Mundial alertó la pérdida de participación internacional del agro argentino
En una jornada realizada en la Bolsa de Comercio de Rosario, el Banco Mundial emitió importantes advertencias sobre la situación actual del sector agropecuario en Argentina. Diego Arias, Gerente de la Práctica de Agricultura y Alimentos del Banco Mundial, destacó que aunque el sector sigue siendo clave para el desarrollo y la inclusión, perdió competitividad a nivel global, siendo el único país líder del agro que disminuyó su participación en el mercado mundial.
Arias señaló que la inversión en investigación y desarrollo disminuyó en los últimos años, lo que afectó la competitividad y la resiliencia climática del sector. Los productores son ahora más vulnerables debido a la dependencia de los recursos naturales y la falta de medidas para aumentar la resiliencia climática, especialmente frente a sequías.
La sequía del año pasado tuvo un impacto significativo, reduciendo la producción de los tres principales cultivos en un 45%, disminuyendo los ingresos por exportaciones de soja en un 40%, y causando pérdidas totales de 20.000 millones de dólares, equivalentes al 3% del PIB. Esta situación acentuó la escasez de dólares en el país y generó más inflación a través del aumento de los precios de los alimentos.
El informe del Banco Mundial subraya la necesidad de mejorar la productividad mediante la adopción de nuevas tecnologías. En 2021, el sector agroalimentario representó el 15,7% del PIB, el 10,6% de los ingresos tributarios, entre el 17% y el 24% del empleo en el sector privado, y el 61% de las exportaciones. Sin embargo, en la última década, las exportaciones agroalimentarias cayeron un 1,3% anual, y la participación de Argentina en los mercados internacionales disminuyó del 2,7% en 2011 al 2,2% en 2021.
El apoyo a los productores en Argentina es inferior al de sus competidores internacionales, representando alrededor del 20% de los ingresos agropecuarios brutos entre 2019 y 2021. Esta falta de apoyo, junto con políticas distorsivas, afectó especialmente a los pequeños productores, reduciendo sus ganancias, capacidad de inversión e incentivos para mejorar las prácticas de producción.
Las prácticas actuales también tuvieron consecuencias negativas en la deforestación, las emisiones de gases de efecto invernadero, la disponibilidad de agua, la salud del suelo, el desarrollo regional y la desigualdad de ingresos. Entre 2001 y 2014, Argentina perdió más del 12% de su superficie forestal, y tanto los productores como el sector público no invirtieron lo suficiente en la gestión de recursos hídricos.
En la jornada, Miguel Simioni, presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, instó a trabajar juntos para crear un entorno normativo estable que fomente la inversión, la innovación y la adopción de tecnologías que impulsen la productividad y sostenibilidad. Marianne Fay, directora para Argentina, Paraguay y Uruguay del Banco Mundial, enfatizó la importancia de impulsar la competitividad mientras se protegen los recursos naturales y se trabaja en la resiliencia de las comunidades.
Fernando Vilella, Secretario de Bioeconomía de la Nación, subrayó la importancia de la sostenibilidad económica y ambiental del sector productor de alimentos en Argentina. Reiteró la intención del gobierno de eliminar las retenciones y el Impuesto País, alineándose con lo expresado por el presidente Javier Milei en la última edición de Agroactiva.
De esta manera, el Banco Mundial señaló importantes áreas de mejora y desafíos para el sector agropecuario argentino, instando a un enfoque más sostenible, competitivo e inclusivo para asegurar su crecimiento y estabilidad a largo plazo.