Economía de la región en alerta: el semáforo de CONINAGRO 2025


El campo argentino atraviesa un momento complejo. Así lo refleja el último informe de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO), que publicó su tradicional Semáforo de Economías Regionales correspondiente a febrero de 2025. El relevamiento, que analiza el desempeño de 19 actividades productivas en todo el país, mostró un panorama preocupante: solo dos sectores se encuentran en “verde”, mientras que ocho están en situación crítica, identificadas con luz “roja”. Las restantes nueve actividades quedaron en “amarillo”, una zona de incertidumbre que refleja estabilidad sin mejoras sustanciales.

El semáforo de CONINAGRO es una herramienta que permite observar de forma sintética la evolución del negocio, la producción y el mercado de cada economía regional. Con esta metodología, el informe brinda una mirada integral sobre precios, costos, niveles de consumo, exportaciones e importaciones, y cómo todos estos factores afectan a los productores.

Precios bajos y costos en alza: las luces rojas de las economías regionales

Entre las actividades marcadas en rojo se encuentran el algodón, el arroz, la mandioca, los cítricos dulces, las hortalizas, las peras y manzanas, el vino y mosto, y la yerba mate. En todos estos casos, el principal problema radica en la rentabilidad: los precios de venta se mantienen por debajo de la inflación, mientras que los costos siguen en aumento, especialmente en logística, insumos y servicios.

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Además, el tipo de cambio apreciado le restó competitividad a las exportaciones, lo que complica aún más la situación de sectores que dependen en gran medida del comercio exterior. A esto se suma un consumo interno todavía debilitado, aunque con señales de una lenta recuperación impulsada por la mejora del poder adquisitivo de los salarios.

La situación productiva es igualmente dispar. En algunos sectores, como el vino y la yerba mate, hubo un aumento en la producción, pero sin una demanda acorde que absorbiera ese crecimiento, lo que provocó una mayor presión sobre los precios a la baja.

Maní y ovinos: únicos sectores en verde

Del otro lado del semáforo, solo dos actividades mostraron un desempeño favorable: el maní y la producción ovina. En ambos casos, los precios aumentaron ligeramente por encima de la inflación, los costos se mantuvieron contenidos y las exportaciones mostraron un buen ritmo, lo que permitió cerrar el mes con márgenes de rentabilidad positivos. Estos sectores, según CONINAGRO, se consolidan como los más sólidos del agro argentino en este inicio de 2025.

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Actividades en amarillo: señales mixtas

Las zonas grises del informe agrupan a nueve actividades que presentan señales mixtas. Se trata de los sectores avícola, bovino, forestal, granos, leche, miel, papa, porcinos y tabaco. En estos rubros, el escenario es más heterogéneo: mientras algunos registran mejoras en precios o mayores exportaciones, otros enfrentan aumentos de costos o estancamiento en el consumo interno.

Por ejemplo, los granos y la ganadería bovina muestran buenas perspectivas de producción, pero sus precios todavía presentan una evolución dispar. La miel y los ovinos, por su parte, destacan por un sólido desempeño exportador, mientras que sectores como la papa o el tabaco se mantienen en equilibrio, sin grandes avances ni retrocesos.

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Apertura comercial y tipo de cambio: doble filo

Desde CONINAGRO advirtieron que la reciente apertura comercial y la normalización en el pago de importaciones favorecieron el dinamismo del comercio exterior. Sin embargo, también se registró un incremento en las importaciones que, en algunos casos, compiten directamente con la producción nacional, debilitando aún más a ciertas economías regionales.

El informe cierra con una mirada moderadamente optimista. Si el consumo interno continúa recuperándose y se mantienen ciertas condiciones macroeconómicas estables, algunas actividades podrían mejorar su situación en los próximos meses. No obstante, el panorama actual sigue siendo de alta fragilidad. “La mayoría de las economías regionales enfrenta una combinación de baja rentabilidad, altos costos y mercados exigentes. Es necesario acompañarlas con políticas específicas que les permitan sostenerse y crecer”, señalaron desde la entidad.