Donald Trump y los aranceles: qué impacto pueden tener en el comercio argentino


El anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la implementación de aranceles “recíprocos” ha generado inquietud global y puso en alerta a economías emergentes como la de Argentina, que exporta a ese país productos clave como carne, vinos, agroalimentos y miel. En este contexto, un informe de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) advierte sobre las posibles consecuencias del nuevo esquema arancelario estadounidense y sugiere estrategias para minimizar su impacto.

Donald Trump y un giro que sacude el tablero del comercio internacional

Según CERA, la aplicación de aranceles recíprocos representa el evento más disruptivo del comercio mundial en casi ocho décadas, ya que pone en crisis el sistema multilateral basado en normas acordadas dentro de la Organización Mundial del Comercio (OMC). En particular, atenta contra principios fundamentales como el de Nación Más Favorecida y el trato nacional, que regulan más del 80% de los intercambios internacionales.

“La OMC, increíblemente, ni siquiera se pronunció formalmente sobre este tema”, señala el documento. Además, advierte que si los países afectados deciden responder con medidas similares —es decir, aranceles retaliatorios— podrían también estar infringiendo las normas multilaterales, ya que esas sanciones deberían derivarse de un fallo previo del organismo.

Donald Trump, mercado de granos

¿Qué puede hacer Argentina?

Frente a esta nueva realidad, el informe sugiere que Argentina necesita reforzar su competitividad interna. Esto implica trabajar sobre aspectos como la devolución del IVA, la mejora en reintegros y derechos de exportación, así como una agenda activa en facilitación del comercio, logística y financiamiento.

Al mismo tiempo, se analiza cómo podrían reaccionar los distintos países frente al giro proteccionista de EE.UU. Algunas opciones incluyen medidas arancelarias o no arancelarias contra EE.UU., negociaciones bilaterales para obtener excepciones, adoptar una posición de espera, o incluso diversificar mercados e inversiones para reducir la dependencia comercial del gigante norteamericano.

¿Cuál es el impacto de los aranceles para Argentina?

En 2024, EE.UU. fue el segundo destino de exportaciones argentinas, con envíos por 6.454 millones de dólares, lo que representó un 8,1% del total. Hasta antes del anuncio de Trump, la agenda bilateral se centraba en temas no arancelarios, como el cupo para azúcar y carne, o los conflictos por el ingreso de cítricos, la miel y el biodiésel. Ahora, la atención está centrada en el nuevo arancel adicional del 10% que entrará en vigencia el 5 de abril de 2025 para todos los bienes argentinos, salvo ciertas excepciones.

Donald Trump, Javier Mileli, riesgo país

Entre los productos excluidos del arancel adicional se encuentran el petróleo, el oro y los carbonatos de litio. Sin embargo, sectores sensibles como las carnes, los vinos, la pesca y los agroalimentos sí se verán afectados por el incremento del 10% en los tributos de importación.

En paralelo, aquellos productos argentinos que ya estaban bajo investigación en el marco de la Sección 232 —como el acero, aluminio, vehículos y autopartes— quedarán fuera del arancel recíproco, pero seguirán tributando un 25% adicional según las sanciones previas.

Competencia global: un juego de posiciones

El informe de CERA subraya que el impacto final dependerá de la posición relativa de Argentina frente a otros países competidores en el mercado estadounidense. Por ejemplo, si el aceite de oliva europeo recibe un arancel del 20%, el argentino, con un 10%, ganaría competitividad. Un caso similar se presenta con los vinos, donde los europeos (UE-27) estarían en desventaja frente a exportadores como Chile, Australia y Argentina.

Javier Milei, CPAC, Trump

En productos como porotos y maní, EE.UU. podría perder acceso preferencial a mercados como el europeo, que podrían volcarse a proveedores alternativos como Argentina. En el caso de la miel, el nuevo arancel del 26% para ciertos países favorecería a exportadores con menores tributos, como Argentina, Brasil y Nueva Zelanda.

El esquema de aranceles recíprocos impulsado por Trump plantea un desafío complejo y cambiante, donde cada producto y cada relación bilateral deben analizarse por separado. Para Argentina, el reto será adaptarse rápidamente, fortalecer su competitividad interna y negociar activamente para minimizar los efectos negativos y, donde sea posible, aprovechar las nuevas ventajas comparativas que surjan en este nuevo escenario global.