Donald Trump derrotó a Kamala Harris y el presidente de Estados Unidos
Donald Trump volverá a ocupar la Casa Blanca tras haber triunfado en las elecciones presidenciales. El candidato del Partido Republicano superó los 270 votos electorales necesarios, imponiéndose sobre la actual vicepresidenta, Kamala Harris, en una contienda reñida en los estados clave que definieron el rumbo de los comicios.
Esta victoria marca un retorno notable para el exmandatario, quien se convierte en el primer expresidente en ganar un segundo mandato no consecutivo en la historia reciente de Estados Unidos. La jornada electoral fue un éxito también para el Partido Republicano, que logró mayoría en el Senado, lo cual fortalecerá a la futura administración de Trump y facilitará su gestión en temas clave.
La victoria de Donald Trump
El camino a la victoria para Trump pasó por estados estratégicos conocidos como “swing states” o “estados bisagra“, territorios que pueden inclinarse hacia uno u otro partido y que frecuentemente deciden el desenlace de las elecciones. Georgia, Carolina del Norte, Pensilvania, Michigan y Wisconsin fueron esenciales en la suma de votos electorales que permitió al republicano asegurarse el cargo.
En comparación, la victoria demócrata de Joe Biden en 2020 incluyó algunos de estos estados, pero Harris, enfrentada a un ambiente político desfavorable, no logró mantener esos apoyos. Biden, en un cambio significativo, optó por no presentarse para la reelección luego de un debate televisado en el que su desempeño generó dudas dentro de su propio partido. La senadora Harris asumió el rol de candidata, pero los votantes en estos estados finalmente se inclinaron por Trump.
El anuncio de su victoria fue celebrado por Trump y su equipo en el Centro de Convenciones de Palm Beach, Florida, acompañado de familiares, aliados políticos y simpatizantes. Este retorno al poder ha marcado un hito en el respaldo popular de un candidato republicano. En un sistema donde el apoyo popular directo no siempre es determinante, Trump consiguió un apoyo notable en el voto popular, acumulando más de 69 millones de votos frente a los 64 millones que obtuvo Kamala Harris. Este respaldo popular refuerza el mandato que Trump está a punto de asumir.
El nuevo panorama y los desafíos internacionales
Trump regresa a un contexto global muy diferente al de su mandato anterior (2017-2021), caracterizado ahora por tensiones bélicas y cambios económicos. Al finalizar su último mandato, Estados Unidos enfrentaba la crisis del COVID-19, pero se mantuvo en pie económicamente a pesar del impacto sanitario. Durante su primera administración, Trump también desafió a China en temas comerciales y estratégicos.
Hoy, sin embargo, las relaciones con China son aún más tensas debido a las provocaciones militares del régimen de Xi Jinping, especialmente con respecto a Taiwán. Japón, Corea del Sur y Filipinas, aliados de Estados Unidos en el Pacífico, observan con cautela la situación en la región, y se espera que Trump utilice su estrategia diplomática directa para intentar calmar las tensiones. Es posible que busque una cumbre con Xi Jinping para abordar estos conflictos, que también están relacionados con las restricciones impuestas por Washington sobre el acceso de Beijing a microprocesadores, componentes clave para sus desarrollos militares y tecnológicos.
Ucrania y el conflicto con Rusia
Otro de los temas en la agenda de Trump es la guerra entre Rusia y Ucrania, un conflicto que lleva ya más de dos años y que ha tenido un alto costo humanitario y económico. La invasión iniciada por Vladimir Putin sigue causando estragos en Ucrania, y el presidente electo de Estados Unidos prometió resolver la situación. Sin embargo, la resolución no será sencilla, ya que Putin cuenta con el apoyo de Corea del Norte, un viejo conocido de Trump.
Además, Rusia ha demostrado reticencia a retirarse sin obtener concesiones, algo que Ucrania no está dispuesta a conceder fácilmente. El papel de Estados Unidos en este conflicto será observado de cerca por sus aliados europeos, especialmente dado que la estabilidad de la región está en juego.
Medio Oriente continúa siendo otro foco de tensión que Trump deberá abordar. Desde octubre de 2023, Israel ha estado envuelto en una guerra abierta contra grupos terroristas como Hamas y Hezbollah, en Gaza y Líbano, respectivamente, con Irán como un actor detrás de estos movimientos.
Teherán, al igual que Trump, conoce bien las tensiones que surgieron durante la primera administración del presidente electo, como cuando ordenó la eliminación de Qassem Soleimani, jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. La llegada de Trump a la presidencia no es una buena noticia para el ayatolá Alí Khamenei, y se espera que Estados Unidos mantenga su respaldo a Israel, en especial si Irán intenta aumentar su influencia en la región.
Perspectivas para el nuevo mandato
Trump asume un mundo complejo, con desafíos que van desde tensiones nucleares hasta amenazas directas de conflictos militares de gran escala. Su discurso de victoria reflejó una postura decidida en política exterior, afirmando que buscará “terminar guerras, no iniciarlas”. Esta frase resume el espíritu de su propuesta, aunque también deja en claro que su segundo mandato podría enfrentarlo a desafíos inéditos en la historia reciente de Estados Unidos.
El futuro de Trump en la Casa Blanca, por tanto, se perfila como una etapa en la que el liderazgo estadounidense será puesto a prueba en múltiples frentes, con la promesa de consolidar la paz y la seguridad en un mundo cada vez más convulsionado.