Cultivos de servicio en Argentina: una práctica con beneficios para los productores


En la campaña agrícola 2023/24, los llamados “cultivos de servicio” – que ofrecen múltiples beneficios ecológicos y de productividad – fueron implementados por solo el 11% de los productores agrícolas en Argentina, una disminución en relación con años previos. Este tipo de cultivos, estudiado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires a través de la Red de Tecnología Agrícola Aplicada (ReTAA), se siembran entre dos cultivos de grano principales sin ser cosechados ni pastoreados. Su presencia en los campos protege el suelo, mejora su fertilidad y ayuda en la conservación del agua, entre otros beneficios, aunque el desafío de la disponibilidad hídrica sigue siendo uno de los mayores factores que limitan su adopción.

¿Qué son los cultivos de servicio y cuáles son sus beneficios?

Los cultivos de servicio, también conocidos como cultivos de cobertura, son plantas que se establecen en las rotaciones entre dos cultivos comerciales, como maíz o soja, sin fines de cosecha. Una vez cumplido su ciclo, se dejan en la superficie o se incorporan al suelo, descomponiéndose para liberar nutrientes que el próximo cultivo puede aprovechar. Estas prácticas también ayudan a fijar biológicamente el nitrógeno en el suelo, mejorar la estructura del suelo y reducir la lixiviación de nutrientes.

Además, los cultivos de servicio aportan otros beneficios clave para la sostenibilidad agrícola:

  • Conservación del suelo: Al cubrir el suelo, estos cultivos reducen la erosión hídrica y eólica, lo cual es crucial en zonas con altas precipitaciones o vientos.
  • Aumento de la fertilidad: Estos cultivos enriquecen el suelo con materia orgánica, mejorando su capacidad para retener agua y nutrientes.
  • Control de malezas y plagas: La cobertura del suelo limita el crecimiento de malezas y ayuda a controlar algunas plagas sin necesidad de agroquímicos.
  • Optimización del uso del agua: Incrementan la macroporosidad del suelo, mejorando la distribución y el almacenamiento de agua, lo que es esencial en zonas con estrés hídrico recurrente.
Cultivos de servicio, argentina

Adopción y desafíos en Argentina

A pesar de sus beneficios, solo el 11% de los productores en Argentina implementó cultivos de servicio en la última campaña, cifra que ha ido en descenso desde el pico de adopción en 2020/21. La superficie cubierta por estos cultivos fue de 453.000 hectáreas, un aumento marginal del 2% respecto a la campaña anterior, pero aún baja en comparación con el total de tierras cultivadas en el país.

Uno de los factores principales que limita la adopción es el déficit hídrico que afecta a gran parte del país. Los cultivos de servicio también requieren agua para crecer, lo que representa un dilema en zonas donde el agua es un recurso escaso y su uso puede impactar el rendimiento de los cultivos comerciales que se siembran posteriormente. Asimismo, el costo inicial de implementación y la falta de conocimiento sobre el manejo adecuado son barreras significativas para muchos agricultores.

Variaciones regionales en la adopción

La adopción de cultivos de servicio varía considerablemente según la región en Argentina. La zona sur de Córdoba lidera en la implementación, con un 30% de los productores utilizando esta práctica, mientras que en regiones como el NOA (Noroeste Argentino) este porcentaje cae a la mitad. Las zonas del NEA Oeste y el sudeste de Buenos Aires registraron un ligero aumento en la adopción, mientras que en el centro norte de Córdoba y el centro este de Entre Ríos se observó una caída notable.

Dentro de las zonas de ReTAA, la mayoría de los cultivos de servicio se siguen con soja (entre el 50% y el 72% de las hectáreas), ya que las gramíneas usadas en los cultivos de cobertura se descomponen y liberan nutrientes esenciales para el cultivo de soja, aumentando su productividad.

Perspectivas y desafíos a futuro

El informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires enfatiza la necesidad de promover esta práctica para incrementar los beneficios productivos y ambientales en el campo argentino. Los expertos advierten que es crucial educar a los productores sobre el manejo de cultivos de servicio, incluyendo aspectos como las fechas de siembra, el tiempo y método de desecación, y el manejo de la disponibilidad de agua, para evitar que estos cultivos afecten negativamente los rendimientos de las cosechas comerciales.

Cultivos de servicio, argentina

A medida que los desafíos ambientales y de sostenibilidad ganan protagonismo, los cultivos de servicio podrían convertirse en una herramienta esencial para mejorar la resiliencia del sector agrícola. Sin embargo, para alcanzar un mayor nivel de adopción, será clave abordar los factores que limitan su implementación, especialmente en zonas con déficit hídrico y donde los costos de implementación representan un obstáculo significativo.

Aunque el uso de cultivos de servicio sigue siendo bajo, su potencial para mejorar la fertilidad del suelo, conservar el agua y reducir el uso de insumos agroquímicos, puede posicionarlos como un aliado valioso en la agricultura argentina, siempre y cuando se logren estrategias efectivas de manejo y se promueva su conocimiento entre los productores.