Cuáles son las consecuencias del segundo invierno más crudo en 60 años


La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) informó que la estimación de área de siembra de trigo en Argentina para la campaña 2024/25 se redujo a 6,72 millones de hectáreas. Esta cifra representa una disminución de 200.000 hectáreas respecto a la estimación inicial de 6,92 millones de hectáreas. A pesar de las condiciones climáticas adversas, como la falta de lluvias significativas en junio y julio, se logró sembrar el 90% del trigo argentino.

Las lluvias de finales de junio en Buenos Aires, sur de Santa Fe y La Pampa jugaron un rol crucial para la siembra. La falta de humedad fue un desafío, pero la necesidad de mantener gramíneas en las rotaciones y las condiciones económicas forzaron la siembra temprana del trigo en el centro y norte del país.

El pulso húmedo de marzo y abril, al final del Niño, proporcionó una base crucial para la siembra, permitiendo aprovechar la humedad residual. El calor inusual de la primera quincena de junio también facilitó un rápido establecimiento del cultivo.

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Distribución geográfica de la reducción

La reducción de 200.000 hectáreas se distribuye de la siguiente manera:

  • Noroeste de Buenos Aires: 80.000 hectáreas
  • La Pampa: 20.000 hectáreas
  • Santa Fe: 50.000 hectáreas
  • Entre Ríos: 50.000 hectáreas
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Si se concreta el área estimada, la superficie será un 22% mayor que la del año pasado. Con un área sembrada de 6,72 millones de hectáreas y descontando 200.000 hectáreas no cosechadas, se proyecta un volumen de producción de 20,5 millones de toneladas.

Desafíos del invierno

El invierno 2024/25 se perfila como uno de los más fríos de los últimos 60 años. Las heladas recientes empezaron a afectar los cultivos de trigo, con daños en hojas y pérdidas de plántulas. Se necesitan lluvias de 15 a 20 mm en el corto plazo para evitar una reducción en el potencial de rendimiento, especialmente en el centro de Argentina.

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Las bajas temperaturas y la alta radiación podrían ser beneficiosas para el trigo, siempre que haya suficientes reservas de humedad y adecuada fertilización con nitrógeno. Este escenario podría resultar en un alto potencial de rendimiento para el trigo argentino.

El invierno riguroso también podría tener un impacto positivo en la reducción de la población de chicharrita, plaga que afectó significativamente los cultivos de maíz. Las condiciones frías y secas aceleraron la cosecha de maíz, con menos del 25% restante por cosechar. Un invierno más frío podría disminuir la presión de esta plaga y suavizar la caída en la intención de siembra de maíz.

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La campaña triguera 2024/25 en Argentina enfrenta desafíos significativos debido a las condiciones climáticas adversas. Sin embargo, con una adecuada gestión y aprovechamiento de las condiciones climáticas y del suelo, el país podría alcanzar un alto potencial de rendimiento. La reducción en la población de chicharrita y las políticas de manejo adecuadas también podrían mejorar las perspectivas para el maíz.