Presentaron líneas de créditos de hasta 300 millones: se paga con soja y leche
El Gobierno nacional, en colaboración con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), lanzó dos nuevas líneas de créditos de inversión productiva diseñadas para impulsar la tecnificación y la competitividad en la agroindustria argentina. Estas líneas de crédito ofrecen una modalidad de pago innovadora y única, en la cual las cuotas mensuales se calculan en función de toneladas o litros de producto, con el pago final ajustado al precio de mercado de dichos productos en el momento del pago. Esta metodología brinda una mayor previsibilidad financiera para los productores.
Créditos en soja
La primera línea de crédito está destinada a los productores de soja, un sector crucial para la economía argentina. En este esquema, las cuotas del préstamo se fijan en toneladas de soja. El pago mensual se realiza en pesos, pero el monto a abonar se determina según el valor del “Precio Soja” del día anterior al momento del pago. Esta modalidad permite a los productores ajustar sus pagos según las fluctuaciones del mercado, proporcionando flexibilidad y seguridad ante posibles variaciones en los precios del producto.
Estos créditos están diseñados para financiar proyectos de inversión, como la compra de equipamiento nuevo o la construcción de instalaciones productivas. El plazo máximo de estos préstamos es de 60 meses, pero se adapta a las condiciones del mercado: si el precio de la soja baja, el plazo del crédito se extiende, mientras que si el precio sube, el plazo se reduce.
El monto máximo disponible para esta línea de crédito es de hasta $300 millones por solicitante. Están dirigidos a personas humanas (que pueden obtener avales de Sociedades de Garantía Recíproca – SGR – o del Fondo de Garantía Público) o a personas jurídicas que sean Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMEs) con un certificado vigente de MiPyME al momento de la solicitud del préstamo.
Créditos en UVA para el sector tambero
La segunda línea de crédito se dirige al sector tambero, otro componente esencial de la agroindustria argentina. En este caso, los créditos se otorgan en Unidades de Valor Adquisitivo (UVA) y son pagaderos en litros de leche. Similar a la línea de soja, la cuota mensual se fija en litros de producto, y se abona en pesos tomando como referencia el valor SIGLeA (Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina) del día anterior al pago.
Este esquema también ofrece un plazo de hasta 60 meses, con la flexibilidad de extenderse o reducirse en función del precio de la leche. El objetivo es facilitar que las PyMEs del sector tambero realicen inversiones significativas en tecnología y equipamiento, tales como sistemas de ordeñe robóticos, sistemas rotativos y automatización de salas, tanques de refrigeración, pasteurizadores, y la mejora de instalaciones productivas.
Con un monto máximo de $300 millones por empresa, esta línea de crédito se diseñó para ayudar a los productores a modernizar sus operaciones, aumentar su productividad y mejorar la calidad de su producción. Ya se otorgaron los primeros créditos bajo esta modalidad a productores tamberos en las provincias de Córdoba y Santa Fe, lo que demuestra su potencial para impulsar el sector.
Impacto y objetivos
Estas nuevas líneas de crédito representan un paso importante en la estrategia del Gobierno para fortalecer la agroindustria argentina. Al proporcionar opciones de financiamiento que se ajustan a las realidades del mercado y a las necesidades específicas de los productores, se busca no solo aumentar la inversión en tecnología y mejoras productivas, sino también mitigar el impacto de las fluctuaciones del mercado en los costos financieros de las PyMEs del sector.
Con esta iniciativa, el Gobierno y el BICE buscan incentivar la competitividad, fomentar la innovación tecnológica, y garantizar la sostenibilidad a largo plazo de uno de los sectores más dinámicos y estratégicos de la economía argentina. La previsibilidad que ofrecen estas líneas de crédito, junto con su flexibilidad, es fundamental para que los productores puedan planificar y ejecutar inversiones que fortalezcan sus operaciones y mejoren su posicionamiento tanto en el mercado interno como en el internacional.