Cómo seguirá el clima tras la reciente tormenta de Santa Rosa
La reciente tormenta de Santa Rosa y el clima que trajo, presentó un respiro crucial para la región núcleo agrícola de Argentina, particularmente en el nordeste de Buenos Aires y el sur de Santa Fe. Estas lluvias, esperadas con ansiedad por los productores, se produjeron en un contexto donde la falta de precipitaciones y la disminución de la disponibilidad hídrica comenzaban a generar serias preocupaciones en el sector agrícola.
Lluvias significativas y sus beneficios
Los acumulados de agua registrados durante la tormenta fueron significativos en varias áreas clave para la producción agrícola. Por ejemplo, en localidades como Pergamino se reportaron 51 milímetros de precipitación, en Chacabuco 50 milímetros, en Rojas 46 milímetros, y en Santa Teresa 41 milímetros. Según Cristian Russo, jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), “las lluvias se ajustaron muy bien a nuestras expectativas y se infiltraron bien en el suelo”. Esto no solo mejora las condiciones actuales para el cultivo de trigo, sino que también sirve como un incentivo esencial para la siembra de maíz, especialmente en áreas del noreste de Buenos Aires, donde la demanda de insumos para maíz estaba notablemente baja.
Desigualdad en la distribución de lluvias
A pesar de los beneficios en algunas zonas, no todas las áreas de la región núcleo se vieron favorecidas por la tormenta. Mientras que el nordeste de Buenos Aires y el sur de Santa Fe recibieron lluvias significativas, otras áreas, como el oeste y parte del norte de la región núcleo, tuvieron acumulados menores o incluso no registraron precipitaciones. Los departamentos de Unión y Marcos Juárez en Córdoba, por ejemplo, solo recibieron entre 5 y 10 milímetros, lo que deja a estas zonas aún en una situación preocupante.
Perspectivas climáticas y desafíos fututos
La tormenta de Santa Rosa, aunque beneficiosa, no soluciona por completo las preocupaciones hídricas en la región. Russo advirtió que no se esperan nuevas lluvias significativas en los próximos 10 días, lo que representa un desafío para los productores. “La primera semana de septiembre comienza sin agua, lo que representa un problema. La próxima inestabilidad se prevé para el miércoles 11 de septiembre. Para quienes recibieron agua, fue muy beneficioso”, indicó Russo, enfatizando la necesidad de aprovechar al máximo la humedad disponible.
Impacto en los cultivos de trigo y maíz
Las precipitaciones recientes son críticas no solo para la siembra del maíz, sino también para el cultivo de trigo, que está en una etapa crucial de desarrollo. En áreas como Monte Buey (Córdoba) y Piedritas (Buenos Aires), donde el trigo ya había comenzado sus etapas reproductivas, las lluvias superiores a 20 milímetros fueron determinantes para mantener las expectativas de rendimiento.
Gabriel Abregos, del Área de Estudios Agronómicos de la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca, destacó que la reserva hídrica en el sur de Buenos Aires había sido escasa debido a la falta de precipitaciones y las intensas heladas previas. Sin embargo, las lluvias de mediados de agosto permitieron una recuperación de la reserva hídrica, dando un nuevo impulso a la campaña fina 2024/25. “Actualmente, los cultivos se encuentran en muy buenas condiciones, en la etapa de macollaje, sin manifestaciones de plagas o enfermedades de consideración. Se realizaron tareas de fertilización a medida que las lluvias lo permitieron”, agregó Abregos.
Reflexiones finales
La tormenta de Santa Rosa fue un evento climático crucial para la región núcleo, proporcionando un alivio necesario en un contexto de incertidumbre hídrica. No obstante, las lluvias fueron desiguales, beneficiando más a algunas zonas que a otras, lo que deja a parte de la región núcleo en una situación de vulnerabilidad. Con la posible llegada de La Niña en el horizonte, los productores deben estar preparados para enfrentar un ciclo agrícola que podría ser desafiante, marcado por la necesidad de gestionar cuidadosamente los recursos hídricos disponibles.