Clima en el campo: ¿qué acumulado de lluvias se espera para los próximos meses?
¿Cómó es el panorama de lluvias para el campo? Para los próximos meses, la región agrícola de Argentina se enfrenta a un escenario de clima complicado debido al fenómeno de La Niña, que tiene un 70% de probabilidades de ocurrir. Según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), se espera que las lluvias sean deficitarias, alcanzando entre un 45 y 50 % del promedio normal en provincias clave para la producción agrícola, como Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y partes del norte y este de Buenos Aires.
El trimestre de septiembre, octubre y noviembre será especialmente desafiante para los productores debido a la combinación de lluvias por debajo de lo normal y períodos de sequía prolongada. A pesar de algunas precipitaciones recientes, el patrón climático que predomina en esta primavera, caracterizado por intervalos más largos entre eventos de lluvias, generará complicaciones para la siembra y el desarrollo de los cultivos.
Pronóstico de precipitaciones y temperaturas
Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA, señaló que el panorama para las lluvias será de valores normales a deficitarios. Las temperaturas, en promedio, tienden a ser normales o más cálidas, especialmente en las provincias de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Este aumento térmico, sumado a la escasez hídrica, podría incrementar la evapotranspiración, afectando aún más el estado de los cultivos.
Impacto en la producción y estrategias a considerar
Ante este panorama, los productores deberán ajustar sus estrategias. La llegada de plagas, como la chicharrita, también obligará a reconsiderar las decisiones de siembra, optando por cultivos más resistentes o con menores demandas hídricas. Las decisiones oportunas serán clave para mitigar los efectos de las altas temperaturas y la escasez de agua, principalmente en las provincias del norte, donde la demanda de humedad por parte de los cultivos será más elevada.
En resumen, el próximo trimestre será marcado por un escenario climático adverso, con lluvias deficitarias y temperaturas más cálidas de lo habitual, lo que exigirá a los productores planificar cuidadosamente sus estrategias para enfrentar estos desafíos.