Chicharrita del maíz 2024/25: ¿sigue siendo una amenaza?
La campaña maicera avanza en plena actividad con escenarios mixtos respecto a la amenaza de la chicharrita del maíz Dalbulus maidis, vector del virus del achaparramiento del maíz. Aunque los últimos informes de la Red Nacional de Monitoreo de D. maidis sugieren una disminución en la incidencia de esta plaga, expertos de la Red de Manejo de Plagas (REM) de Aapresid insisten en no bajar la guardia.
Durante la campaña 2023/24, la chicharrita tuvo un impacto devastador en los cultivos de maíz, causando la pérdida de 11,4 millones de toneladas y un perjuicio económico de USD 2.045 millones a nivel nacional. Este año, el panorama parece haber mejorado, con registros significativamente menores de la plaga en las trampas monitoreadas, y una baja proporción de individuos infectados con el virus (10% frente al 95% del año anterior).
Sin embargo, la REM advierte que las condiciones climáticas y la presencia de maíces implantados y voluntarios en regiones endémicas, como el NOA y NEA, mantienen latente el riesgo de brotes de la chicharrita del maíz.
Distribución territorial y evolución de la chicharrita del maíz
Los mapeos de la REM muestran que, en las últimas campañas, la chicharrita del maíz y el virus del achaparramiento se expandieron significativamente, afectando a casi todos los departamentos productivos del país.
En 2023/24, el achaparramiento alcanzó niveles alarmantes en maíces tardíos, con una superficie promedio afectada del 50%. Provincias como Entre Ríos y Tucumán reportaron el 100% de su superficie impactada, seguidas de cerca por Santiago del Estero (99%), Chaco (98%) y Córdoba (86%). En contraste, los maíces tempranos tuvieron una menor afectación, promediando solo el 8% de la superficie, aunque Santiago del Estero y Chaco encabezaron la lista con tasas del 65% y 53%, respectivamente.
Medidas de prevención y control
Los expertos de la REM recomiendan intensificar los monitoreos y aplicar estrategias de manejo integrado para evitar el resurgimiento de la chicharrita del maíz. Algunas de las principales acciones sugeridas son:
- Monitoreo constante:
- Buscar a D. maidis en cogollos o en el envés de las hojas cerca de la nervadura central.
- Diferenciarla de otras especies de chicharritas por sus características: color crema translúcido, dos puntos oscuros en la cabeza y alas más largas que el abdomen.
- Control químico:
- Aplicar insecticidas cuando se detecten umbrales de 1-2 individuos por cogollo.
- Rotar modos de acción para evitar resistencia.
- Gestión de maíces voluntarios:
- Controlarlos en estadios tempranos (hasta 3-4 hojas) con graminicidas o herbicidas FOPs/DIMs.
- Prácticas agronómicas:
- Evitar siembras cercanas a lotes infectados.
- Elegir híbridos tolerantes al achaparramiento.
- Rotar cultivos y evitar siembras sucesivas de gramíneas.
En zonas como Córdoba, La Pampa, Santa Fe y Buenos Aires, donde conviven maíces tempranos y tardíos, el monitoreo riguroso es esencial para mitigar posibles infestaciones. Además, la coordinación entre productores y el uso de herramientas como las trampas adhesivas de la Red Nacional de Monitoreo son fundamentales para anticiparse a nuevos brotes de la chicharrita del maíz.
Aunque las cifras actuales indican una tregua, el historial de la chicharrita del maíz y su capacidad para expandirse rápidamente obligan a mantenerse vigilantes. Las estrategias combinadas de monitoreo, control químico y prácticas culturales serán clave para proteger los cultivos y garantizar la sostenibilidad de la producción maicera.
