Cayó la faena vacuna en 2025: menor exportación y mayor absorción del consumo interno

El mercado de la carne vacuna atraviesa una nueva etapa de contracción en la faena, impulsada por la menor competitividad del sector exportador. Esta situación ha provocado un aumento en la oferta disponible para el consumo interno, lo que evita una mayor suba en los precios del ganado.
Según datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), en febrero se emitieron Documentos de Tránsito Electrónico (DTE) con destino a faena para 1.029.310 bovinos, lo que representa una caída del 12% respecto del mes anterior. A nivel diario, la reducción es del 3%, mientras que en comparación con el mismo mes del año pasado, la baja es del 6%.
Menos faena, pero mayor consumo interno
La tendencia a la baja en la faena ya se había observado en enero. En el acumulado del primer bimestre del año, el total faenado fue de 2,2 millones de cabezas, un 4% menos que en igual período del año pasado. Sin embargo, esta merma en la oferta no se tradujo en un alza de precios significativa, ya que el consumo interno mantiene una demanda limitada debido a la situación económica.

El analista ganadero Ignacio Iriarte explicó que la participación de hembras en la faena sigue siendo elevada, aunque este dato por sí solo no indica un proceso de liquidación del rodeo. Para evaluar el impacto en el stock vacuno, es necesario analizar los nacimientos de terneros y la eficiencia reproductiva de las madres. De acuerdo con estimaciones preliminares, todo indica que en 2024 podría registrarse una nueva reducción del stock ganadero.
“La participación de hembras en la faena subió un punto porcentual hasta el 47,9%, impulsada principalmente por la mayor contribución de vacas y en menor medida de terneras, mientras que las vaquillonas mantuvieron una tendencia negativa”, detalló Iriarte.
Un punto clave es la disminución en la faena de novillos, lo que genera preocupación en los frigoríficos exportadores, que dependen de esta categoría para producir cortes de alto valor. Sin incentivos claros, la producción de novillos sigue sin recuperarse, lo que compromete la competitividad del sector en los mercados internacionales.

Los costos de producción también afectan la rentabilidad de la exportación. Actualmente, los frigoríficos pagan cerca de $5.000 por kilo de novillo, con un costo de producción de $4.850, cifras que superan ampliamente los valores que manejan los países vecinos. Esta falta de competitividad explica la caída del 25% en las exportaciones a la Unión Europea durante enero.
Desde el sector exportador advierten que las principales preocupaciones son la caída del stock de novillos y la necesidad de mejorar la competitividad. Entre las medidas que proponen se incluyen la eliminación de retenciones sobre los cortes de mayor valor, la revisión de la política cambiaria y la reducción de regulaciones que afectan la actividad ganadera.
El debilitamiento de la demanda externa es uno de los principales factores que impide una escalada en los precios internos de la carne. Si los frigoríficos exportadores tuvieran mejores condiciones comerciales, podrían competir por la hacienda con mayor agresividad, lo que elevaría los valores del ganado.

A pesar de la caída en la faena, el consumo interno absorbió una mayor cantidad de carne, permitiendo que el consumo per cápita se mantuviera en 52 kilos por habitante durante enero y febrero. La evolución del mercado en los próximos meses estará atada a la recuperación del poder adquisitivo de los consumidores y a posibles cambios en la política ganadera que favorezcan la exportación.