Las claves para la campaña de la soja frente a La Niña


En el marco del seminario AcSoja, el Ing. Agr. Santiago Lorenzatti destacó la importancia para la campaña de la soja de diversificar la fecha de siembra y las combinaciones de grupos de madurez para mitigar los impactos adversos en la producción, frente a La Niña. Durante su presentación, alertó sobre las brechas de rendimiento que alcanzan casi el 35% en promedio en el país.

Brechas en la productividad con La Ñina

Lorenzatti, miembro de Aapresid y socio de la consultora Okandu, presentó datos que indican que la potencialidad promedio de producción en Argentina podría alcanzar casi 5 toneladas por hectárea, mientras que el rendimiento actual ronda las 3,2 toneladas, es decir, solo se está logrando el 66% de lo que se podría alcanzar. En la región núcleo, los rendimientos potenciales son aún más altos, con soja de primera que podría llegar casi a 6 toneladas.

Un estudio del Grupo Don Mario corroboró estas cifras, mostrando que la brecha en la región núcleo es del 26%. Esta diferencia de rendimiento se atribuye en un 60% a factores ambientales (suelo, napa, lluvias), un 23% a la gestión agrícola, y un 16% a la genética de las variedades.

Influencia del ambiente y el agua para la soja

Lorenzatti presentó resultados de una red de ensayos que abarca seis años, donde los rendimientos variaron considerablemente según las condiciones ambientales: desde 27 quintales en los peores ambientes hasta 44 quintales en los mejores. Además, la disponibilidad de agua resultó crucial, con rendimientos promedios de 32 quintales en años de La Niña, 38 quintales en años neutros, y 42 quintales en años de El Niño.

La presencia de napa freática también mostró ser determinante: los promedios alcanzaron 35 quintales sin napa y 41 quintales con napa, evidenciando una diferencia significativa.

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Estrategias para reducir la brecha

Lorenzatti recomendó mantener y mejorar el ambiente productivo mediante prácticas como la siembra directa, rotación de cultivos, inclusión de cultivos de servicio, y un adecuado manejo de la nutrición y fertilidad. Además, subrayó la necesidad de aplicar fungicidas de manera informada, considerando factores ambientales que favorezcan el desarrollo de enfermedades.

Ante un año que se anticipa con Niña moderada y escasas lluvias, enfatizó la importancia de diversificar la fecha de siembra y las combinaciones de grupos de madurez para que el período crítico de la soja no coincida en su totalidad con condiciones adversas.

“Este año será clave aplicar una estrategia defensiva”, concluyó Lorenzatti, instando a los productores a considerar todas estas variables para acortar la brecha de rendimiento en la producción de soja.