Campaña fina 2025/26: el trigo y la cebada podrían generar exportaciones por US$4225 millones


La Bolsa de Cereales de Buenos Aires analizó las estimaciones del trigo y cebada y realizó el lanzamiento oficial de la Campaña Fina 2025/26, presentando las primeras estimaciones, los cultivos protagonistas del ciclo que comenzará el próximo mes. Con un contexto climático favorable y condiciones económicas más estables, las proyecciones apuntan a un crecimiento tanto en la superficie sembrada como en el volumen de producción, lo que podría traducirse en un importante salto en el valor de las exportaciones agroindustriales.

Trigo y cebada de la fina

En total, se estima que las exportaciones conjuntas de trigo y cebada podrían alcanzar los US$4225 millones, lo que representaría un aumento del 15% respecto a la campaña anterior, mientras que el valor agregado total de ambas cadenas alcanzaría los US$4723 millones, con un incremento del 31%. Estas cifras fueron presentadas por Ramiro Costa, gerente de Estudios Económicos de la Bolsa, durante el evento realizado en Buenos Aires este miércoles 16 de abril.

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La previsión de área sembrada con trigo asciende a 6,7 millones de hectáreas, con una producción estimada en 20,5 millones de toneladas, mientras que la cebada ocupará 1,3 millones de hectáreas, con una proyección de 5,1 millones de toneladas. Estas cifras reflejan la intención de los productores de sostener, e incluso mejorar, los niveles tecnológicos aplicados en la campaña anterior, apoyados en una mejor relación insumo-producto y precios internacionales competitivos.

El evento comenzó con un análisis del contexto internacional a cargo de Maximiliano Moreno, de la Fundación INAI, quien remarcó el nivel de incertidumbre y volatilidad que hoy domina los mercados globales. En particular, destacó la tensión comercial entre Estados Unidos y China, y su posible impacto en los flujos agroindustriales. “Si la escalada de aranceles continúa, podría generar desvíos importantes en el comercio internacional de granos”, advirtió Moreno.

Ramiro Costa, por su parte, profundizó en la situación de los mercados de trigo a nivel global, señalando que, a pesar de buenas cosechas recientes, los stocks mundiales se encuentran en los niveles más bajos de la última década. Esta situación podría agravarse si, como se proyecta, el consumo vuelve a superar a la producción en 2025/26. Además, varios de los principales exportadores anticipan caídas en sus volúmenes exportables, aunque Brasil, principal destino del trigo argentino, prevé una buena cosecha local que podría reducir sus necesidades de importación.

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En el plano local, Costa subrayó que las precipitaciones de los últimos meses recompusieron los perfiles de humedad del suelo, brindando un marco climático óptimo para encarar la siembra. A esto se suma un contexto económico más favorable para los productores, con costos más bajos y una cotización del trigo levemente superior a la del año pasado. Aunque el precio aún se encuentra un 5% por debajo del promedio de las últimas cinco campañas, la mejora en los márgenes proyecta una rentabilidad más atractiva.

Uno de los factores clave para mejorar la competitividad del país, según Costa, es la continuidad de ciertas medidas adoptadas recientemente, como la reducción de derechos de exportación del 12% al 9%, la salida del cepo cambiario, y la desburocratización de trámites. “Son pasos importantes hacia una mayor eficiencia y capacidad de competencia internacional, pero aún quedan desafíos por resolver, especialmente en materia impositiva”, remarcó.

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El cierre del evento estuvo a cargo de José Martins, presidente de la Bolsa de Cereales, quien valoró positivamente los avances recientes, pero también hizo un llamado a continuar con las reformas necesarias para incentivar la inversión, la producción y el desarrollo sustentable del agro argentino.

En resumen, el inicio de la Campaña Fina 2025/26 llega con buenas perspectivas productivas, un entorno más amigable para el productor y expectativas crecientes en el plano exportador. Si las condiciones se sostienen, el trigo y la cebada podrían consolidarse como motores clave del ingreso de divisas y del crecimiento del sector agroindustrial.