Caída del dólar: cómo impacta en el campo


El reciente descenso del dólar en el mercado financiero argentino es una buena noticia para el Gobierno, pero no tanto para el campo, que enfrenta el impacto directo en los precios que reciben los productores. La semana pasada, los granos clave como la soja y el maíz experimentaron caídas en sus cotizaciones en Chicago, mientras que el trigo fue el único producto que registró subas, aunque brevemente.

Factores en el mercado internacional

La soja y el maíz se vieron presionados por diversos factores internacionales. En Estados Unidos, el avance de la cosecha de soja está por encima de los promedios históricos, lo que incrementa la oferta y, por ende, reduce los precios. A pesar de que la siembra de soja en Brasil está retrasada, las recientes lluvias en zonas clave como Mato Grosso generaron pronósticos favorables, aliviando la preocupación por la producción en ese país y ejerciendo también una presión bajista en Chicago.

En cuanto al trigo, los precios mostraron una tendencia al alza durante la mayor parte de la semana pasada debido a la expectativa sobre las medidas que tomaría Rusia, uno de los principales exportadores mundiales, en relación a los precios mínimos de exportación y las retenciones. Sin embargo, cuando se anunciaron las decisiones finales, estas resultaron menos restrictivas de lo esperado. Rusia incrementó el arancel fijo de exportación en un 41%, pero esto representó solo una subida de USD 5-6 por tonelada, lo que decepcionó a los mercados y llevó a una caída en los precios del trigo el viernes.

Además, el informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) confirmó una cosecha récord de soja en ese país y la segunda mayor de maíz, lo que incrementa la oferta global y, por lo tanto, deprime aún más los precios. Aunque la producción mundial de trigo se redujo ligeramente, la menor demanda provocó un aumento de los stocks finales, lo que también contribuyó a la baja de precios en ese rubro.

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Repercusiones en el mercado local

En el ámbito local, la caída del dólar en el mercado financiero, particularmente en el Contado con Liquidación (CCL), afectó negativamente a los productores, ya que esta baja redujo la mejora cambiaria implícita en el “Dólar Blend” (una mezcla de tipos de cambio), que cayó al 4,2%. Desde mayo, esta mejora no había bajado del 5%, lo que resultó en menores precios disponibles para los granos y en un bajo volumen de ventas, especialmente en soja, que también se vio afectada por la caída en Chicago.

En el caso del maíz, la necesidad de fijar precios a la mercadería impulsó las transacciones por encima del precio disponible. Mientras tanto, en el mercado del trigo, se sumaron 120.000 toneladas más en las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) para la nueva campaña, entre diciembre y marzo, lo que impulsó a la exportación a participar de manera más activa en el mercado local.

Situación productiva

En términos de producción, las lluvias durante la semana pasada ayudaron a mejorar las condiciones para la siembra, particularmente en el centro de Córdoba y Santa Fe, donde la siembra avanzó al 18,5%. Sin embargo, algunas zonas de Entre Ríos ya finalizaron la siembra, y lo que no se alcanzó a sembrar pasará mayoritariamente a soja.

A pesar de estas lluvias, la situación del trigo sigue siendo delicada. En muchas regiones, las precipitaciones llegaron demasiado tarde para salvar los cultivos. La Bolsa de Comercio de Rosario recortó su estimación de producción de trigo en 1 millón de toneladas, situándola en 19,5 millones. Además, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que, a pesar de las lluvias, el 38% de los cultivos de trigo se encuentra en condiciones regulares o malas, un aumento de cinco puntos porcentuales en comparación con la semana anterior.

El escenario actual refleja una mezcla de factores negativos para el sector agropecuario. La baja en el dólar, que podría ser vista como un alivio para el Gobierno en términos de estabilización económica, genera una presión adicional sobre los productores, quienes ya enfrentan precios internacionales a la baja, problemas climáticos y desafíos productivos. Mientras el trigo se mantiene como el único cultivo con cierto optimismo a corto plazo, la soja y el maíz continúan lidiando con incertidumbres que podrían afectar sus márgenes en las próximas semanas.