La caída del consumo de carne vacuna llegó a su nivel más bajo en 28 años
El consumo de carne vacuna en Argentina atraviesa un período de declive que, a pesar de ser retratado frecuentemente como una catástrofe, es en realidad una tendencia que lleva más de tres décadas en marcha. Según los últimos datos, se espera que este año el consumo per cápita se ubique por debajo de los 48 kg, alcanzando su nivel más bajo en 28 años. Sin embargo, este descenso no debería sorprender, dado que la caída del consumo de carne vacuna se vino produciendo de manera sistemática desde hace varias décadas, influenciada por diversos factores, como el auge de otras carnes alternativas y un mercado global cada vez más diversificado.
Causas del declive: el ascenso de otras carnes
El consumo de carne vacuna mostró una disminución continua, pero es necesario contextualizar este dato. La caída de 11% en el consumo de carne vacuna, si bien es significativa, es parte de un proceso más amplio que estuvo ocurriendo en los últimos 30 años. En la primera mitad de la década de los 90, los argentinos consumían alrededor de 74 kg de carne vacuna por persona, representando un 77% del consumo total de carne, que era de 95,7 kg anuales. Hoy, en cambio, la carne vacuna constituye solo el 45% del consumo total, que aumentó a 111,6 kg, gracias al crecimiento de otras carnes, como el pollo y el cerdo, cuya producción creció notablemente en los últimos años.
El aumento en el consumo de estas carnes alternativas no es exclusivo de Argentina, sino una tendencia mundial. La carne de cerdo y pollo vieron un crecimiento casi tres veces mayor que el de la carne vacuna en las últimas tres décadas, impulsadas por su mayor eficiencia productiva y menores costos. Argentina fue uno de los países que experimentó este cambio con mayor intensidad, gracias a la mejora en la productividad de las carnes alternativas y a la reconversión de tierras agrícolas para la producción de cereales y oleaginosas, a expensas de la ganadería vacuna.
El futuro del consumo de carne vacuna en Argentina
Pese a la caída en el consumo de carne vacuna, el sector ganadero argentino sigue mostrando señales de crecimiento. Aunque la superficie destinada a la ganadería vacuna se redujo en 35 millones de hectáreas, la producción de carne creció un 11% en los últimos cinco años, y las exportaciones aumentaron en un 130%. Esta expansión fue posible gracias a la adaptación del sector a nuevas regiones productivas y al incremento de la eficiencia en la cadena de valor.
De cara a los próximos 10 años, la tendencia de caída estructural del consumo de carne vacuna continuará, con proyecciones que indican que el consumo per cápita podría situarse entre los 40 y 42 kg en 2034, con una población estimada de 51 millones de habitantes. A pesar de esta disminución, la producción argentina de carne vacuna seguirá siendo competitiva, y se espera que el mercado interno se abastezca con aproximadamente 2,1 millones de toneladas.
Las carnes alternativas: ¿un desafío o una oportunidad?
Dentro de ese escenario, el crecimiento de las carnes alternativas, en especial la de cerdo, jugará un papel crucial. Se proyecta que la producción de cerdo podría incrementar entre 500.000 y 600.000 toneladas adicionales, debido a la demanda tanto interna como externa. Esto se debe a un excedente de consumo doméstico estimado en 1,5 millones de toneladas, lo que abre la posibilidad de nuevas exportaciones.
La clave para consolidar este crecimiento será la apertura de nuevos mercados y la reducción de costos de acceso, como los aranceles y las cuotas. En este contexto, la participación activa del sector privado en la exploración de mercados internacionales de alto valor será esencial para garantizar el éxito del sector ganadero argentino en el futuro.
Aunque la caída en el consumo de carne vacuna es un fenómeno inevitable y que se venía gestando desde hace años, la ganadería argentina sigue teniendo un enorme potencial. Si se mantiene la previsibilidad y se promueven políticas que favorezcan el comercio libre y justo, el futuro de la ganadería vacuna en Argentina es prometedor. Las exportaciones, lejos de ser un obstáculo, representan la clave para el éxito del sector, siempre y cuando se prioricen la confianza y la seriedad en las relaciones comerciales. El mercado interno no debe ser discriminado, pero las exportaciones continuarán siendo una pieza clave para el desarrollo del sector ganadero, y su éxito dependerá de la capacidad de adaptarse a los cambios del mercado global.