Brasil analiza poner retenciones al campo y se desató la polémica
La retenciones desataron la polémica en Brasil que cerró el año con un aumento en su tasa de inflación, con los precios de los alimentos como uno de los principales motores de este incremento. Ante esta situación, el gobierno de Lula Da Silva está evaluando diferentes medidas económicas para abordar el fenómeno, mientras recibe presiones internas para implementar una política fiscal más estricta, incluida la posible imposición de derechos de exportación al sector agropecuario, una medida que se asemeja a las retenciones que se aplican en Argentina.
El aumento de la inflación en Brasil ha sido particularmente notorio en productos básicos como el arroz, las carnes, el aceite de soja, la leche y el café, con subas que varían entre el 6,5 % y el 36,9 % en los últimos 12 meses. Esta escalada de precios ha llevado al Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece el presidente Da Silva, a proponer la implementación de un impuesto a las exportaciones, lo que en la jerga argentina se conoce como retenciones. El objetivo de esta medida sería gravar las exportaciones de productos agrícolas con el fin de frenar la salida de alimentos al exterior y controlar los precios internos.
Rechazo del campo y alternativas del gobierno
En un principio, el gobierno había propuesto una reducción en el impuesto a la importación de alimentos como medida para aliviar los precios. Sin embargo, la reacción negativa tanto del mercado como de los sectores agropecuarios fue inmediata, lo que llevó al gobierno a dar marcha atrás con esta propuesta. A pesar de no haber definido aún un paquete completo de medidas, la propuesta de aplicar retenciones sigue siendo una opción en discusión dentro del Partido de los Trabajadores, que busca frenar la inflación a través de la intervención en el comercio exterior.
La inflación, que afecta sobre todo a los productos de la canasta básica, ha impulsado el debate sobre cómo abordar el problema sin afectar de manera excesiva a los productores locales. A lo largo del año, el país ha experimentado aumentos significativos en el precio de alimentos clave, lo que ha dejado en evidencia las dificultades del gobierno para controlar los costos internos sin perjudicar a los sectores productivos.
El frente parlamentario agropecuario responde
Ante la propuesta de aplicar retenciones, los sectores agropecuarios han respondido con firmeza. Pedro Lupión, diputado por Paraná y presidente del Frente Parlamentario Agropecuario (FPA), criticó duramente las medidas del gobierno. Según Lupión, la administración de Lula Da Silva ha perdido credibilidad, particularmente en su gestión de cuestiones económicas clave como las tasas de interés, el control del gasto público y las políticas cambiarias. Para el sector agrícola, las propuestas de impuestos a las exportaciones solo agravarían la situación económica y perjudicarían la competitividad de los productos brasileños en los mercados internacionales.
A pesar de las críticas y la presión del campo, el gobierno de Lula Da Silva, a través de voces oficiales como el ministro de Desarrollo Agrario, Paulo Teixeira, ha sostenido que la propuesta de retenciones no tiene posibilidades de prosperar en el corto plazo. Teixeira insistió en que el gobierno no adoptará medidas heterodoxas como las retenciones, lo que parece desmentir las versiones de que el gobierno planea aplicar impuestos a las exportaciones de manera inminente.
Sin embargo, el propio Teixeira, cuando era diputado, había presentado un proyecto de ley en 2022 junto a otros 21 parlamentarios para aplicar retenciones a la carne y los granos. Aunque el proyecto fue rechazado en tres comités parlamentarios, el ministro defendió que la propuesta tenía como objetivo solo permitir la implementación de retenciones sin necesariamente ponerlas en práctica, lo que deja abierta la puerta a futuras discusiones sobre el tema.
El impacto de las medidas sobre el campo
Desde el sector agrícola, la crítica a las posibles retenciones se basa en el impacto negativo que estas podrían tener sobre los productores. Ágide Eduardo Meneguette, presidente de la Federación de Agricultura de Paraná, cuestionó las propuestas de intervención del gobierno, argumentando que los precios internos reflejan el alto costo de producción y el “coste de Brasil”, y no márgenes de beneficio excesivos. Meneguette advirtió que permitir importaciones indiscriminadas podría poner en peligro la supervivencia de muchos productores, quienes ya enfrentan dificultades debido a los costos internos y la competencia externa.
En un contexto global donde Brasil es uno de los principales exportadores de productos agrícolas, la posibilidad de aplicar retenciones genera preocupación sobre la competitividad del país en los mercados internacionales. Para los productores brasileños, las medidas del gobierno podrían afectar negativamente su capacidad para acceder a mercados extranjeros y poner en riesgo los ingresos provenientes de las exportaciones.
El debate sobre la implementación de retenciones en Brasil está lejos de cerrarse. Aunque el gobierno ha asegurado que no tomará medidas tan drásticas como las que propone el PT, las presiones internas y los aumentos de precios continúan alimentando la discusión. El sector agropecuario, por su parte, sigue defendiendo su posición, advirtiendo sobre los efectos negativos de políticas que afecten la competitividad y viabilidad de la producción en un contexto económico global cada vez más complejo.