Baja de retenciones: detalles y alcances de la medida


El Gobierno nacional oficializó este lunes la baja temporal de retenciones a los principales cultivos y la eliminación permanente para las economías regionales, en un intento por aliviar el desafiante contexto que enfrenta el sector agropecuario. Sin embargo, la medida genera interrogantes respecto a su implementación, especialmente en torno a los plazos de liquidación y el traslado efectivo del beneficio a los productores.

El esquema definido establece que los derechos de exportación (DEX) de la soja (poroto) pasarán del 33% al 26%, mientras que los de sus derivados se reducirán del 31% al 24,5%. Asimismo, se aplicará una disminución en los DEX de otros cultivos: trigo, cebada, maíz y sorgo (del 12% al 9,5%) y girasol (del 7% al 5,5%). En el caso de las economías regionales, las alícuotas serán llevadas a cero de manera permanente, abarcando productos como azúcar, algodón, cuero bovino, tabaco, foresto industria y arroz, entre otros.

No obstante, la medida incluye una condición que genera tensión en el sector: para acceder al beneficio, los exportadores deberán liquidar el 95% de las divisas obtenidas dentro de los 15 días hábiles posteriores a la Declaración Jurada de Venta al Exterior (DJVE). Este requisito reduce el plazo previo, que era de 30 días, y supone un desafío financiero significativo para las exportadoras.

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Impacto en el sector exportador y los productores

La reducción de retenciones busca incentivar la liquidación de divisas en un contexto de necesidad cambiaria. Sin embargo, economistas y especialistas advierten que el esfuerzo financiero recaerá principalmente en las exportadoras, que deberán gestionar créditos en el exterior o anticipos para cumplir con los plazos establecidos.

David Miazzo, economista especializado en agroindustria, señaló: “El exportador tiene la obligación de liquidar cuando declara que va a exportar, pero recibe el cobro de la mercadería vendida al exterior cuando se realiza el embarque. Esto puede llevar meses, lo que implica asumir costos financieros y operativos significativos”. Esto podría afectar el precio final que reciben los productores por sus granos, limitando el traslado directo del beneficio fiscal.

Por su parte, Tomás Allan, investigador en Fundar, remarcó que existe incertidumbre sobre si la rebaja de retenciones se trasladará efectivamente a los productores. “Depende de que los exportadores decidan cumplir las condiciones y que esto impacte en el precio ofrecido a los productores”, explicó.

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Riesgos y beneficios potenciales de la baja de retenciones

Consultoras y analistas coinciden en que la medida tiene beneficios acotados y temporales. Econviews advirtió sobre un posible efecto “Puerta 12”: si los productores venden masivamente antes del 30 de junio, podría generarse una caída en el precio local de la soja, favoreciendo a las empresas exportadoras sin un impacto significativo en los ingresos de los productores.

Además, señalaron que la reducción parcial de retenciones no afectará las decisiones de siembra de la próxima campaña. “En el caso de la soja, el beneficio estimado ronda los USD 20 a 26 por tonelada, o aproximadamente USD 80 por hectárea, lo que apenas compensa las pérdidas calculadas para campos arrendados”, detallaron desde Outlier.

Por otro lado, el efecto inflacionario también genera preocupación. La baja de retenciones podría impactar en el precio interno de alimentos como pan, aceites y harinas, interrumpiendo la desaceleración inflacionaria observada en meses recientes.

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Foto: La Nación

La medida llega en un momento crítico para el agro, con altos costos de insumos, precios internacionales en descenso, una apreciación cambiaria y la persistente sequía. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, el tipo de cambio real con Brasil se encuentra en su nivel más bajo en nueve años, afectando la competitividad de productos como la harina de soja.

En este marco, el Gobierno busca apuntalar la liquidación de divisas y mitigar el impacto fiscal de la medida, estimado en 0,14% del PBI. Sin embargo, las proyecciones de cosecha de soja y maíz ya han sido ajustadas a la baja, y la estabilidad del programa económico dependerá en gran medida de la evolución climática en los próximos meses.

A pesar de las dudas y los desafíos, la reducción temporal de retenciones podría generar un ingreso adicional de divisas al mercado oficial de cambios. No obstante, los especialistas advierten que el efecto será limitado y podría haber una menor oferta de granos en la segunda mitad del año.

Por ahora, los ojos están puestos en la reglamentación del Decreto 38/2025 y en la capacidad del sector para adaptarse a las nuevas condiciones. Mientras tanto, el agro enfrenta un panorama complejo, donde las lluvias y la estabilidad macroeconómica serán factores determinantes para el futuro del sector.