Azul Belga: la impactante raza que revoluciona la ganadería global
La raza bovina Azul Belga, originada a principios del siglo XX en Bélgica, revolucionó el sector de la carne en todo el mundo gracias a su impresionante musculatura y rendimiento cárnico de la ganadería. Esta raza, desarrollada inicialmente a partir de cruces de ganado lechero local con la raza británica Shorthorn, evolucionó hasta convertirse en una de las más destacadas para el cruce terminal, utilizada ampliamente en Europa y otros continentes como América y Asia.
Los inicios del Azul Belga y su desarrollo genético
El proceso de selección de la raza Azul Belga comenzó tras la Segunda Guerra Mundial, cuando se priorizó la selección de animales con mayor musculatura. En 1973, esta raza obtuvo su denominación oficial y se creó su libro genealógico, lo que permitió una mejora en la trazabilidad y la selección. La capacidad genética de la Azul Belga para desarrollar una musculatura excepcionalmente marcada se debe a una mutación natural en el gen que codifica la miostatina (mh). Esta mutación inhibe la producción de miostatina, una proteína que regula el crecimiento muscular, permitiendo así que los animales desarrollen una masa muscular sin precedentes.
La selección de esta raza se fue orientando a dos ramas distintas, una destinada a la producción cárnica y otra, menos desarrollada, de doble propósito. En Bélgica, la Azul Belga constituye la mitad del ganado vacuno del país, siendo casi todos destinados a la producción de carne debido a sus características superiores.
Ventajas de la raza Azul Belga
El Azul Belga es ampliamente conocido y utilizado en cruces terminales debido a sus numerosas ventajas:
- Precocidad: las hembras pueden parir por primera vez a los 24 meses.
- Rendimiento cárnico: el porcentaje de rendimiento en canal alcanza hasta el 70%, mientras que la producción de carne puede llegar al 80%, con un alto valor en cortes nobles.
- Calidad de la carne: la carne es magra, baja en colesterol y extremadamente tierna.
- Eficiencia alimentaria y adaptabilidad al cruce: el Azul Belga posee una excelente conversión de alimento en masa muscular, lo que lo hace ideal para optimizar el crecimiento de terneros al cruzarse con razas locales.
El Azul Belga demostró ser una opción excepcional para los ganaderos de carne a nivel mundial. Pascal Leroy, especialista en genética bovina de la Universidad de Lieja, lideró proyectos de cruce terminal en África, América del Sur y Asia. En estos proyectos, se cruzaron razas cebuinas y otras razas locales con el Azul Belga, obteniendo animales con un mayor rendimiento cárnico en comparación con las razas locales.
Por ejemplo, en Sudamérica, el cruce de hembras de la raza Nelore con toros Azul Belga mostró una mejora en el rendimiento cárnico. Los toros Azul Belga x Nelore lograron alcanzar el peso vivo de 400 kg en solo 20 meses, frente a los 25 meses que necesitarían los toros Nelore puros. Además, el rendimiento en canal de los animales cruzados fue un 2,3% superior al de los animales de otras razas de carne, como el Braford, y su musculatura en la séptima costilla fue un 9,44% mayor.
Azul Belga y sostenibilidad
La rápida ganancia de peso de los animales resultantes de cruces con Azul Belga sugiere que la raza podría jugar un rol en la reducción de la huella de carbono en la producción de carne. Al reducir el tiempo necesario para que los animales alcancen el peso de mercado, se disminuyen las emisiones de metano y otros gases de efecto invernadero asociados al crecimiento y mantenimiento de los animales.
A pesar de sus beneficios, el uso del Azul Belga requiere un enfoque cuidadoso. Como recomienda el Dr. Leroy, el cruce con esta raza debe ser terminal, lo que implica que los animales cruzados están destinados a sacrificarse y no a reproducirse, evitando así complicaciones en los partos de futuras generaciones debido a su considerable musculatura.
Retos y proyecciones
Uno de los desafíos en la promoción del Azul Belga es hacer comprender a los productores la necesidad de su uso como cruce terminal. Aunque es ideal para maximizar la producción de carne, el Azul Belga solo debe cruzarse con animales que ya hayan alcanzado su madurez y no estén en fase de crecimiento, especialmente en el caso de razas del tipo Bos Taurus, para evitar complicaciones en el parto.
Pascal Leroy destaca que el uso del Azul Belga en sistemas de cría de ganado en países de África y Sudamérica fue muy exitoso. En África, trabajaron con razas cebuinas como el Goudali en Burkina Faso y el Gobra en Senegal, así como con variedades locales como el Sanga Bonsmara y el Ankolé en la República del Congo y Burundi, respectivamente. En todos estos casos, los animales cruzados mostraron una mejor adaptación a las condiciones locales gracias al vigor híbrido y a la heterosis.
En Sudamérica, Leroy y su equipo experimentaron con el cruce de toros Azul Belga con hembras cebuinas en Brasil y Colombia, obteniendo resultados prometedores en términos de rendimiento cárnico y rapidez de crecimiento.
El futuro del Azul Belga en la ganadería global
Los proyectos de cruces con Azul Belga continúan expandiéndose, con planes para nuevas iniciativas en países como Angola, Camerún y Nigeria. Además de su potencial para mejorar la producción cárnica y reducir el impacto ambiental, el uso del Azul Belga contribuye a la preservación de las razas locales, ya que los ganaderos pueden mantener sus líneas puras para cría, mientras aplican el cruce terminal para mejorar sus ingresos y la calidad de la carne.
La versatilidad y el impacto positivo del Azul Belga en cruces terminales destacan a esta raza como una referencia en la producción ganadera de carne, con aplicaciones sostenibles y adaptadas a distintos ambientes y razas locales.