Anticipan una producción de leche con mejoras para el resto del 2024


Para el segundo semestre del año, el sector lechero prevé un aumento en la producción, aunque hay algunas señales de alerta. Las preocupaciones se centran en dos aspectos importantes: quién absorberá el mayor volumen de leche y si esto afectará negativamente el precio que los tambos reciben por su producto.

Según la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba), la producción lechera tuvo una caída interanual del 14,3% entre enero y mayo, pero en mayo esta brecha se redujo al 10,8%. Las condiciones actuales de producción son favorables y se espera que el segundo semestre compense y supere la curva de 2023, aunque el año podría cerrar con una producción inferior a la del año pasado.

A pesar del aumento proyectado en el volumen de producción, los productores de leche enfrentan amenazas como la posibilidad de una nueva Niña y el constante incremento en los costos de insumos y servicios. Desde Caprolecoba señalan que, aunque la situación actual es positiva, es necesario actuar con prudencia.

Un punto de preocupación es que la producción crecerá por encima del consumo, lo que podría generar una sobreoferta y afectar la rentabilidad de los tambos. Para evitar esta situación, será esencial mantener las ventas a nivel local e incrementar las exportaciones. Sin embargo, lograr esto se complica por las restricciones cambiarias que impiden aprovechar plenamente los buenos precios internacionales.

En mayo, según el Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (Siglea), la inflación fue del 4,2%, el dólar oficial aumentó un 2,6% y el precio de la leche en el tambo creció un 9,7%. En la Cuenca Oeste, el precio que reciben los productores subió de un rango de $342,4-$367,4 por litro entre abril y mayo a $372-$398,2. Esto representa una mejora mensual promedio del 8,5% y un incremento interanual del 297,2%.

Aunque las perspectivas para el segundo semestre del año son optimistas en cuanto a la producción lechera, existen desafíos importantes que los productores deben enfrentar para mantener la rentabilidad y evitar una sobreoferta que perjudique los precios.