Alerta por la chicharrita: intensifican monitoreos y advierten sobre las zonas más afectadas


El 12° informe de la Red Nacional de Monitoreo de la chicharrita Dalbulus maidis, que relevó 409 localidades del país entre el 8 y el 24 de enero de 2025, confirmó un incremento en la presencia de chicharritas debido a condiciones climáticas favorables. Esta plaga, que afecta especialmente al cultivo de maíz, demanda estrategias de prevención más rigurosas y un monitoreo constante para mitigar su impacto.

NOA
En el Noroeste Argentino, las condiciones permanecen estables respecto a relevamientos previos. El 58% de las localidades registró ausencia de chicharritas, mientras que un 33% reportó niveles bajos (1 a 4 adultos por trampa). Sin embargo, se observó un leve aumento en las localidades con entre 5 y 20 adultos por trampa, lo que indica la necesidad de mantener la vigilancia.

NEA
En el Noreste Argentino, aunque el 57% de las localidades sigue libre de la plaga, se detectó un aumento significativo de zonas con entre 5 y 20 adultos por trampa. Las áreas más críticas son el noreste de Chaco y el norte de Santa Fe, donde la falta de un manejo integral inicial ha favorecido el desarrollo del vector.

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Litoral
La situación en el Litoral mostró un avance preocupante de la plaga. La ausencia del vector quedó limitada al 33% de las localidades, con un incremento de poblaciones tanto leves como altas, especialmente en Entre Ríos y Corrientes.

Regiones maiceras
En las principales zonas productoras de maíz del país, como el Centro Norte y Centro Sur, predomina la ausencia de la plaga. En el Centro Norte, el 74% de las localidades no registró capturas, aunque se evidenció un aumento en los niveles más bajos de infestación (1 a 20 adultos por trampa). En el Centro Sur, la situación es más favorable, con el 97% de las localidades libres de chicharritas.

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Monitoreo y manejo integrado de plagas

“La coexistencia de maíces tempranos en etapas finales de cultivo y tardíos en fases vegetativas iniciales hace prioritario intensificar las estrategias de prevención y monitoreo”, señala el informe. La combinación de trampas cromáticas adhesivas y observaciones directas sobre los cultivos es clave para detectar y controlar la presencia del vector.

El manejo integrado de plagas (MIP) para Dalbulus maidis requiere un enfoque estratégico que incluya:

  • Monitoreo constante: Uso de trampas amarillas y observaciones directas para evaluar poblaciones.
  • Prevención temprana: Identificar áreas críticas y actuar rápidamente para evitar la propagación del vector.
  • Medidas integrales: Coordinar esfuerzos entre productores y técnicos para reducir posibles fuentes de infestación.

Sobre las trampas cromáticas adhesivas

Las trampas amarillas, utilizadas en diversos países como Brasil, son una herramienta eficaz para monitorear la dinámica de Dalbulus maidis. Estas trampas atraen a las chicharritas por su color y permiten determinar las zonas con mayor actividad del vector. Sin embargo, el informe advierte que no son suficientes por sí solas y deben complementarse con inspecciones directas en el cultivo de maíz, especialmente cuando las densidades de chicharritas son bajas.

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La Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, que releva cerca de 450 trampas cada 15 días, elabora informes quincenales que describen la situación en el país. Estos datos son clave para diseñar estrategias de acción y prevenir daños mayores en los cultivos.

Los expertos destacan que el cultivo de maíz presenta un desafío constante frente a plagas como la chicharrita. Para mitigar su impacto, se recomienda:

  1. Intensificar el monitoreo en todas las etapas del cultivo.
  2. Usar trampas cromáticas adhesivas como complemento de las inspecciones directas.
  3. Aplicar prácticas de manejo integrado de plagas que reduzcan la población del vector sin comprometer el rendimiento del cultivo.
  4. Concentrar esfuerzos en las zonas más afectadas, como el NEA y el Litoral, para evitar la propagación hacia regiones productoras con menores niveles de infestación.

La presencia de la chicharrita, potenciada por las condiciones climáticas, pone en alerta a los productores de maíz en todo el país. Un monitoreo exhaustivo y estrategias de manejo integrado son fundamentales para proteger los cultivos y garantizar una producción sostenible en las regiones más afectadas.