La agricultura regenerativa gana terreno en Cuyo con una guía de 10 principios esenciales
La agricultura regenerativa crece a pie firme en gran parte del mundo y Argentina. En un contexto donde la sostenibilidad y la eficiencia en el uso de los recursos naturales se han convertido en una prioridad para el sector agropecuario, la agricultura regenerativa se perfila como una estrategia clave para mejorar la productividad y conservar el medio ambiente. En la región de Cuyo, un grupo de investigadores del INTA Mendoza-San Juan ha desarrollado una guía con diez principios esenciales para promover esta práctica, en el marco de una articulación público-privada con Unilever y la Fundación Banco Credicoop.
Una nueva forma de hacer agricultura
La agricultura regenerativa busca revitalizar los procesos biológicos de los agroecosistemas mediante el aprovechamiento de la capacidad autorregenerativa de la naturaleza. Según José Portela, investigador de ecofisiología vegetal del INTA, esta metodología “se presenta como una oportunidad frente a las nuevas demandas” del sector, al permitir una producción más eficiente en el uso de recursos, con estabilidad en los rendimientos y menor dependencia de insumos externos.
El enfoque regenerativo no sigue recetas universales, sino que debe adaptarse a las particularidades de cada sistema productivo. “Cada lote presenta condiciones de suelo y clima específicas, por lo que las estrategias deben ajustarse a esas características”, enfatiza Portela. El documento desarrollado por los investigadores del INTA responde a esta necesidad de personalización, sirviendo como herramienta de asistencia técnica para productores que deseen implementar estas prácticas en la región de Cuyo y otras zonas con condiciones similares.
Los 10 principios esenciales de la agricultura regenerativa
La guía desarrollada por el INTA se basa en tres pilares fundamentales: suelo, agua y biodiversidad. A partir de estos ejes, se establecieron diez principios esenciales que buscan mejorar la salud del suelo, optimizar el uso del agua y conservar la biodiversidad.
Cuidado del suelo:
- Minimizar el laboreo del suelo: Reducir la alteración mecánica para preservar su estructura y favorecer la actividad biológica.
- Mantener el suelo cubierto con vegetación activa: Proteger la superficie para evitar la pérdida de humedad y la erosión.
- Impulsar la diversificación planeada de cultivos: Implementar rotaciones y asociaciones de cultivos para mejorar la fertilidad y reducir plagas y enfermedades.
- Asegurar la nutrición de base orgánica del suelo: Incorporar materia orgánica para mejorar la fertilidad y la capacidad de retención de agua.
- Prevenir la erosión eólica e hídrica: Implementar barreras naturales y cubiertas vegetales para evitar la degradación del suelo.
Eficiencia en el uso del agua: 6. Evitar la infiltración profunda de nutrientes: Manejar adecuadamente el riego y la fertilización para evitar la lixiviación de nutrientes. 7. Hacer un uso eficiente del agua de riego: Implementar tecnologías de riego que optimicen el consumo hídrico y reduzcan desperdicios.
Conservación de la biodiversidad: 8. Minimizar el uso de insumos químicos: Reducir la aplicación de agroquímicos para proteger la salud del suelo y los ecosistemas. 9. Conservar los hábitats naturales y seminaturales: Preservar áreas de vegetación nativa para mantener la biodiversidad y el equilibrio ecológico. 10. Promover la biodiversidad funcional: Favorecer la presencia de organismos beneficiosos para mejorar la salud del ecosistema agrícola.
Impacto y proyección
El desarrollo de esta guía representa un avance significativo para la región de Cuyo, donde la agricultura enfrenta desafíos como la escasez hídrica y la degradación del suelo. La implementación de estos principios no solo permite una mayor sustentabilidad de los sistemas productivos, sino que también responde a las crecientes exigencias del mercado y los consumidores en términos de sostenibilidad.
A medida que la demanda por productos obtenidos mediante prácticas sostenibles crece a nivel global, la agricultura regenerativa se perfila como una alternativa viable y rentable para los productores de la región. Con esta guía, el INTA busca facilitar la transición hacia un modelo agrícola que no solo conserve los recursos naturales, sino que también los mejore a lo largo del tiempo.