Agricultura regenerativa circular: una estrategia rentable para el campo
Luego de una década de investigaciones sobre la agricultura regenerativa, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) ha concluido que la agricultura regenerativa circular es una práctica que ofrece múltiples beneficios económicos y ambientales. Este enfoque combina cultivos y ganadería bajo un esquema regenerativo y circular, mejorando la salud del suelo, la biodiversidad y el control de plagas, sin afectar la productividad del sistema.
Juan Carlos Gamundi, investigador a cargo del campo de producción del INTA Oliveros, destaca que esta práctica contribuye significativamente a la mejora de la materia orgánica y el pH del suelo, factores cruciales para el desarrollo de la vida en el suelo. “Integrar la agricultura con la ganadería bajo un esquema regenerativo y circular en el campo de producción impactó positivamente, al aumentar la materia orgánica y el pH del suelo”, aseguró Gamundi.
Principios de la agricultura regenerativa circular
La agricultura regenerativa circular se basa en prácticas como evitar el laboreo del suelo, mantener una cobertura vegetal permanente, incorporar diversidad de especies y, finalmente, integrar la ganadería al sistema. Estas estrategias buscan maximizar los beneficios del suelo y reducir la dependencia de insumos químicos, manteniendo el equilibrio natural del ecosistema agrícola.
Aranza Rodríguez, becaria doctoral a cargo de la investigación, señaló que el uso de cultivos de cobertura multiespecies ha resultado en un aumento de biodiversidad que favorece la competencia con las malezas, lo que permitió una reducción del 77% en su población comparado con el uso de barbechos químicos. La reducción de malezas implicó, a su vez, un ahorro significativo en insumos: “Se logró disminuir en un 40% el uso de insumos químicos, especialmente aquellos de acción residual, lo cual generó un ahorro de hasta 233 USD por hectárea en la rotación de cultivos con soja y 146 USD por hectárea en el caso de maíz”, indicó Rodríguez.
Además, los estudios registraron una mejora en la estructura del suelo, ya que la práctica regenerativa disminuye su densidad aparente y facilita la infiltración de agua, factores que son esenciales para evitar la erosión y garantizar la sostenibilidad de los suelos agrícolas.
Impacto en el control de plagas y la ganadería integrada
Otro aspecto relevante de la investigación fue el control biológico de plagas. La inclusión de múltiples especies vegetales y la cobertura constante del suelo proporcionaron alimento y refugio para los enemigos naturales de las plagas. La sección de Entomología del INTA evidenció que la mayor biodiversidad de alimentos y refugios permitió un control biológico más efectivo, reduciendo la necesidad de pesticidas y otros químicos.
La ganadería también juega un rol crucial en el esquema regenerativo. Juan Ibarlucea, jefe de la Agencia de Extensión Rural INTA Roldán, explicó que los cultivos de cobertura invernales multiespecies, como la soja y el maíz, permiten el pastoreo controlado de novillos. Esta práctica no solo aprovecha el forraje excedente, sino que también genera un recurso forrajero de alta calidad. Ibarlucea enfatizó que “es posible anexar animales de recría en capitalización para aprovechar este recurso forrajero, lo cual cubre y supera los costos de los cultivos de cobertura”.
Rodríguez también observó que el pastoreo de los cultivos de cobertura generó un recurso con un 67% de digestibilidad, logrando aumentos de peso de hasta 1.2 kg de peso vivo por animal al día, con una producción de aproximadamente 150 kg de peso vivo por hectárea en los cultivos pastoreados. Esta integración, además de ser ambientalmente beneficiosa, genera ingresos adicionales para los productores.
Implementación y adaptación de los principios
Si bien los principios de la agricultura regenerativa circular son aplicables a diversos contextos, los investigadores del INTA subrayan la importancia de adaptar estas prácticas al entorno específico de cada región y tipo de producción. La planificación cuidadosa y la adaptación local son fundamentales para maximizar los beneficios.
La agricultura regenerativa circular, según los especialistas, no solo promete un modelo sostenible para el futuro del agro argentino, sino que también resulta en ahorros económicos sustanciales para los productores, a la vez que contribuye a preservar y enriquecer los recursos naturales del país. Este enfoque holístico y adaptable podría representar un cambio de paradigma en el sector agropecuario, promoviendo una producción sostenible que responde a las demandas del mercado y a la creciente preocupación por la salud del medio ambiente.