Luis Caputo: las tres medidas claves para las exportaciones del agro
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) realizó un análisis exhaustivo sobre las perspectivas y variables que influirán en la siembra de los cultivos de invierno, específicamente la campaña fina 24/25, en relación a las medidas que el ministro de Economía, Luis Caputo, puso sobre la mesa de discusión. Destacan que los cambios que puedan observarse en las próximas semanas serán cruciales para tener una visión más precisa de lo que puede presentar esta campaña.
El análisis aborda el impacto de las políticas agrícolas implementadas por el nuevo gobierno nacional, así como las variables agronómicas y climáticas. En este sentido, presentan diferentes escenarios ante posibles cambios en impuestos considerados particularmente distorsivos, como las retenciones, y la eventual unificación cambiaria.
Según el relevamiento, una mejora en la rentabilidad podría desencadenar un aumento significativo del área sembrada. Se estima que este incremento podría alcanzar aproximadamente las 230 mil hectáreas adicionales en escenarios de eliminación del impuesto PAIS y unificación cambiaria. Por otro lado, la eliminación del derecho de exportación podría agregar hasta 530 mil hectáreas adicionales. El impacto combinado de ambas políticas resultaría en un aumento del área sembrada de más de 770 mil hectáreas.
Este aumento en el área sembrada tendría un impacto directo en el nivel productivo, que podría variar entre 850 mil toneladas adicionales y 2.8 millones de toneladas adicionales, dependiendo del escenario considerado. Se destaca que este impacto se considera conservador, ya que una mejora en la rentabilidad podría permitir niveles más altos de fertilización, lo que resultaría en mayores rendimientos por hectárea.
Finalmente, este aumento en la producción tendría efectos positivos en las exportaciones proyectadas y, por ende, en el ingreso de divisas por las ventas de trigo al exterior. Se estima que, dependiendo del escenario, la cantidad adicional de divisas generadas podría oscilar entre 190 millones de dólares y 630 millones, nuevamente bajo criterios conservadores.
Qué se espera para la cosecha fina
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) destaca que las lluvias registradas en marzo han mejorado significativamente las perspectivas agronómicas para la próxima campaña fina 2024/25. Este periodo depende crucialmente de la precipitación de finales de verano y principios de otoño para garantizar una implantación adecuada.
En la región central agrícola, las condiciones actuales son convenientes para la siembra de trigo, con buenos niveles de humedad tanto en la superficie como en el perfil del suelo. Similarmente, en los núcleos trigueros del sur, las condiciones de humedad son favorables para la siembra, aunque es necesario prestar atención a algunas áreas específicas que podrían requerir ajustes adicionales.
En cuanto a los precios, en marzo, la cotización del trigo experimentó una leve caída con relación al mes anterior, impulsada en parte por las exportaciones rusas de trigo, que alcanzaron un récord de 4,9 millones de toneladas. Los precios se mantienen un 0.6% por debajo del mes anterior y un 29% menos que hace un año.
Además, las perspectivas favorables de producción para 2024/25 en diversas regiones productoras, el fortalecimiento del dólar y los fondos en ventas históricas ejercieron presión sobre los precios. De hecho, del análisis de la curva de precios FOB futuros para el trigo de la Bolsa de Cereales surge que la posición para enero de 2025 es un 18% inferior al precio vigente hace un año.
En cuanto a los costos de insumos, a nivel internacional se ha observado un aumento interanual en el precio de los fertilizantes nitrogenados, con un incremento del 16 al 23% para la urea. Por otro lado, los precios de los fosfatados mostraron un comportamiento mixto en comparación con el año anterior, con variaciones que van desde una disminución del 4% hasta un aumento del 3% en los fosfatos diamónicos.
A nivel local, a pesar de la reducción de los precios en el último mes, los costos de la urea y el fosfato diamónico todavía se encuentran un 23% y un 5% por encima de los niveles registrados durante el año pasado.
Las claves para el trigo
El doble movimiento negativo, caracterizado por la disminución en el precio del trigo y el aumento de los costos de producción, representa un desafío significativo para la rentabilidad de los productores en el momento crucial de la toma de decisiones. En este contexto, los productores se enfrentan a la difícil tarea de determinar qué cultivos sembrar y cuánto invertir en vista de la próxima campaña agrícola.
Esto plantea desafíos significativos para la planificación y la gestión financiera de las decisiones agrícolas para mitigar el impacto en su rentabilidad y sostenibilidad a largo plazo.
Este escenario adverso puede influir en la cantidad de hectáreas sembradas y en la tecnología que los productores finalmente puedan aplicar, lo cual a su vez condicionará el rendimiento futuro de sus cultivos y, en última instancia, las cantidades producidas y exportadas del próximo año. Sin embargo, es importante destacar que las decisiones de producción aún no están cristalizadas, y cualquier mejora en el contexto puede tener un impacto positivo en el cereal de invierno.
Recientemente, se han producido cambios positivos en la política económica, lo que ha facilitado la reducción de la brecha cambiaria. Además, se han observado mejoras significativas en la política agropecuaria argentina, como la eliminación de restricciones cuantitativas a las exportaciones y trabas en las importaciones de insumos. Estos avances hacia la estabilización de la macroeconomía son alentadores, ya que una macroeconomía estable es esencial para planificar a largo plazo con confianza y certeza.
Mirando hacia adelante, es crucial seguir avanzando con esta agenda de reformas que promueven el crecimiento del sector agrícola. Específicamente, se presenta un análisis de escenarios alternativos para la producción de trigo que abarca la modificación de impuestos considerados altamente distorsivos, como los derechos de exportación y el impuesto PAIS, además de la posibilidad de una unificación cambiaria. Estas medidas podrían tener un impacto significativo en la rentabilidad y la sostenibilidad del sector agrícola argentino a largo plazo.